Redacción
Lerma, Edomex. 17 de octubre del 2014.- Trabajadores de la empresa Teya, del propiedad de Juan Armando Hinojosa, reiniciaron la construcción de la autopista Naucalpan-Toluca, en predios de San Francisco Xochicuautla, en el municipio de Lerma, Estado de México, a pesar que comuneros de esta localidad obtuvieron en mayo pasado la protección de la justicia federal mediante un amparo que impide la ocupación de los terrenos.
Apoyados por policías estatales, los trabajadores de Teya iniciaron trabajos topográficos en el bosque Otomí-Mexica, donde también comenzaron a derribar árboles para abrir el trazo por donde pasará la autopista, proyectada desde 2003, por el entonces gobernador Arturo Montiel.
La edificación de esta obra se ha retrasado varios años debido a la oposición de varias comunidades de Naucalpan, Huixquilucan y Lerma por donde pasará. A la fecha se tiene un avance del 30 por ciento y aún existen recursos jurídicos que impiden la celebración de trabajos.
Pese a que Xochicuautla tiene la protección de la justicia federal, Teya envió a sus empleados a la comunidad para abrir brechas. La gente del pueblo se molestó y este jueves decenas de pobladores fueron a la montaña donde trabajan los empleados de la constructora bajo resguardo de la policía estatal.
Los pobladores de Xochicuautla literalmente los expulsaron de sus tierras, ya que los empleados no pudieron demostrar documento que avalara su estancia legal en las tierras del Bosque Otomí Mexica.
Los comuneros demostraron que en mayo un tribunal unitario dictó una sentencia favorable, mediante la cual se declaran ilegales las asambleas en las que algunos comuneros dieron su aval para la construcción de las carreteras y donde además se invalida el convenio desocupación previa que había firmado la empresa con el presidente de bienes comunales.
“Es un acto de provocación, porque pretenden que nos enfrentemos y les demos razones para detenernos y desactivar así la oposición que existe al proyecto”, acotó Jaime Vázquez, uno los comuneros.
Los pobladores de Xochicuautla advirtieron que a diario estarán vigilando sus tierras para impedir que se sigan derribando árboles y que el proyecto avance.