Redacción
Distrito Federal. 11 de octubre de 2014.- Un teniente, un sargento y dos elementos de tropa del Ejército Mexicano fueron consignados a un juez de distrito en materia penal federal, acusados de homicidio calificado con agravantes, por su presunta responsabilidad en la ejecución de ocho presuntos delincuentes detenidos en una bodega de San Pedro Limón, municipio de Tlatlaya, ocurrida el pasado 30 de junio.
El procurador General de la República, Jesús Murillo Karam indicó que el ministerio público federal pudo acreditar que estos cuatro miembros del Ejército sí se extralimitaron en sus funciones el pasado 30 de junio, luego de detener a un grupo de presuntos delincuentes tras un enfrentamiento en Tlatlaya, Estado de México.
Incluso se pudo corroborar que los militares acusados utilizaron armas de las víctimas para quitarles la vida, confirmó el procurador ayer en una entrevista radiofónica.
Las indagatorias que se realizaron sobre lo que ahora se conoce como la masacre de Tlatlaya, donde 22 personas fueron abatidas por miembros del Ejército Mexicano, permitieron confirmar que soldados sí mataron a quemarropa a presuntos delincuentes que se ocultaban en esa bodega de San Pedro Limón, luego de que estos se habían rendido tras un enfrentamiento con fuerzas castrenses.
Por los testimonios de tres sobrevivientes –dos de ellas detenidas y encarceladas en un penal federal por ser parte de grupos de la delincuencia organizada– y por las declaraciones de los soldados participantes, se pudo conocer que la madrugada del 30 de junio, se recibió una llamada en el batallón que se encuentra en San Miguel Ixtapan, Tejupilco, al sur del estado, donde se denunciaba que un grupo de personas armadas estaban en una bodega de la comunidad de San Pedro Limón.
Un teniente, decidió juntar a un grupo de soldados para ir a investigar a la bodega. Lo anterior lo hizo sin informar a sus superiores de la 22 zona militar. Al llegar a la bodega en San Pedro Limón, un grupo de personas –presuntos delincuentes–abrieron fuego contra los soldados que repelieron la agresión.
Los presuntos delincuentes eran en su mayoría jóvenes menores de 25 años, que tras enfrentarse por unos minutos con los soldados se rindieron. Durante la refriega hubo varias bajas de los presuntos criminales que se encontraban al interior de la bodega y un soldado fue alcanzado por un balazo, por lo que quedó herido en la entrada de la bodega.
El teniente y otro oficial del Ejército asistieron al herido y enviaron a dos más a verificar dentro de la bodega. Ya en su interior, los soldados volvieron a disparar, rompiendo así protocolos castrenses. Los disparos se hicieron contra jóvenes que estaban rendidos y ocuparon las propias armas que estos cargaban para ajusticiarlos.
Por esta razón, hace unos días fueron consignados a un juez de distrito en materia penal federal, quien deberá definir su situación jurídica en las próximas horas.
Alistan movilización
En tanto, este sábado un grupo de soldados y familiares de los detenidos realizarán una movilización para exigir la liberación de ocho elementos del Ejército detenidos por los hechos de Tlatlaya. Los inconformes argumentan que los soldados actuaron en defensa propia y no existe razón para enjuiciarnos ni por la vía civil, ni por la militar como ya ocurre.