En busca del mesías

Francisco Ledesma

A cinco días de iniciadas las campañas electorales, los candidatos a gobernador en el Estado de México se muestran como la panacea política que solucionará todos los problemas que aquejan a la entidad. Como si tuvieran una varita mágica, prometen combate a la inseguridad, a la pobreza, a la corrupción, al analfabetismo, y otros cientos de miles de lastres que nos aquejan.

Con sus propuestas desdibujan el gobierno color de rosa que aparece noche a noche en los noticieros estelares de la televisión de quien pareciera el candidato natural del priísmo a la Presidencia de la República. Los nuevos spots, con rostros maquillados, sonrisas perfectas, y la esperanza que proyectan, pareciera el preludio que anuncia a partir de septiembre, que todos los males de nuestra vida desaparecerán.

La spotización de la que hoy somos víctimas los mexiquenses, no distingue si lo que se vende es al mejor candidato, o bien productos milagrosos como los que a media noche promocionan por espacios de media hora, artículos para evitar la obesidad, eliminar la calvicie o ser toda una potencia sexual.

Desde el niño, que sumido en la pobreza se queja de no poder hacer su tarea, y de estar imposibilitado para salir a jugar por la delincuencia que lo azora, se muestra a un Estado de México sumido en una realidad tan lacerante, que resulta difícil explicar cómo se podría en seis años revertir esas circunstancias.

Hasta el político, que es popular –distinguido por la frivolidad de sus actos- que sueña con ser Presidente mientras degusta su copa de vino, o pasea por las noches en su camioneta para contar sus memorias como gobernante, y cuyas ambiciones personales lo alejan de dar legítima respuesta a los problemas sociales que enfrentan día con día los mexiquenses.

Sin olvidar, al político de origen humilde que nos presume de la peluquería donde mes a mes se corta el cabello. Como si a los mexiquenses les importara más el nombre de Don Pedro que la oferta política de quien dice pensar en grande, cuya bandera priísta contrasta con la camisa azul que usa en el comercial. Pero que todos en suma, resolverán todos nuestros males.

La mercadotecnia política que cobra tanto, y que gana elecciones, no ha podido recuperar la credibilidad social. El abstencionismo sigue vigente, y triunfando comicios tras comicios. Los estrategas de mercadotecnia electoral reconocen que sin movilización del voto –como le llaman al acarreo- se volvería estéril del trabajo que realizan. Justificante ruin para algo que debiera ser voluntario.

Lo cierto es, demostrado está que, las múltiples demandas sociales, sobre todo las legítimas, no se solucionan con buenas intenciones, ni por haber gobernado el municipio más poblado del país o la ciudad más grande del mundo.

Tampoco, las promesas que inundan nuestras mentes, son factibles por la existencia mesiánica de candidatos que hoy lo pueden todo, y mañana responsabilizan a sus adversarios de no poder con nada.

Y mientras las bardas se tiñen de amarillo, los espectaculares de rojo, y un azul muy descolorido pretender recuperar el terreno perdido, la ciudadanía permanece pasiva, indiferente en muchos otros casos. Apenas si recuerdan el nombre extraño del originario de San Pedro Xalostoc; relacionan a Encinas con López Obrador, y de Bravo Mena apenas si han escuchado hablar.

Los procesos democráticos no alcanzan la libre participación. Y una decena de consultorías engrosan sus cuentas bancarias en la venta de asesorías que garanticen el triunfo electoral.

La maquinaria electoral, el PRI que parece imbatible productora de votos, no se confía –y mucho menos en su candidato- pero sabe que sus estructuras están listas para salir a las urnas.

La izquierda, le apuesta a la popularidad lopezobradorista y la operación política de Ebrard, para aceitar a sus estructuras en sus tradicionales bastiones electorales, y volverse competitivos.

Mientras que el PAN da tumbos en cada día de campaña, entre la poca afluencia, y la equivocación en los nombres de los municipios, enfrenta angustiosamente el abandono presidencial, el de su partido y el de Los Pinos.

La tenebra

Desde ya, los partidos políticos de oposición preparan los argumentos jurídicos para denunciar el rebase en el tope de gastos de campaña del candidato oficial. Tan sólo calculan que el lunes erogó 5 millones de pesos en el evento desarrollado en Toluca. Hace seis años, Mireille Roccatti salvó de la quema y cancelación de las votaciones al hoy mandatario mexiquense. La premiaron con una secretaría de Medio Ambiente por un periodo de seis meses. Hoy, confían que la gran amistad con María del Carmen Alanís lo solvente todo.