Toluca, Edomex; 4 de septiembre de 2019.- Una preocupación menos tendrá la administración delmacista para las fiestas patrias. Por primera ocasión en los últimos seis años, el gobierno mexiquense no deberá distraerse por “movilizar” a su base social para abarrotar el Centro Histórico de la Ciudad de México con motivo del Grito de Independencia. Durante el peñismo, se volvió una costumbre la renta de autobuses, para trasladar a miles de habitantes de decenas de municipios, que copiosamente trataban de aminorar los abucheos al priísta.
En paralelo, el gobernador Del Mazo buscará tener austeridad en la ceremonia de Grito de Independencia que realizará en Toluca. El priísta se encuentra en un proceso de adaptación a los nuevos tiempos, no sólo en su relación política con un presidente de Morena. Sí habrá verbena popular, pero sin los excesos que se acostumbraban en privado. En la víspera de su segundo informe de gobierno, el mandatario estatal pretende dar señales de que su gestión entendió el mensaje del electorado del año anterior.
Frente a la impericia de muchos alcaldes de reciente incorporación en la política, podríamos apostar que más de uno caerá en la tentación de usar una banda presidencial en el Grito de la Independencia, como ha ocurrido en años anteriores. De ocurrir ese dislate, se debe recordar que el único autorizado para usar la banda presidencial es el presidente de México, en este caso Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto ha minimizado su imposición en actos oficiales. Por ejemplo, el pasado domingo prefirió únicamente salir con un traje y una corbata sobria.
El Grito de Independencia en la Ciudad de México, estará enmarcado por actividades culturales entre distintas dependencias gubernamentales con la presentación de mil artistas a partir de las cuatro de la tarde. En Palacio Nacional, López Obrador encabezará una recepción en el Patio Central a la que estarán invitados el cuerpo diplomático y los miembros del gabinete, quienes podrán llevar a un acompañante. Ahí se ofrecerán antojitos mexicanos y aguas frescas. En el Centro Cultural de Los Pinos también se tienen contempladas actividades durante el lunes 16 de septiembre.
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El negocio que viene es el Tren México – Toluca. Esa es la disputa futura, razón principal por la que taxistas y transportistas se oponen a la prestación de servicio de vagonetas entre la capital mexiquense y Tenango del Valle. En el mediano plazo, la prospectiva empresarial apunta a que las terminales ferroviarias ubicadas en Pino Suárez y Tecnológico, tendrán conectividad posible a través de las urvans que tanto rechazo han suscitado. Sus ventajas comparativas son empresariales, económicas y de infraestructura. Tarde que temprano las vagonetas se apropiarán de la ruta por acuerdos superiores.
La protesta sectorial iniciada por taxistas y transportistas, se anticipa como una batalla pérdida. El principal conflicto parte de que los “taxistas colectivos” operan ilegalmente. Si la Secretaría de Movilidad pretende aplicar la ley, debería por comenzar con el retiro de la circulación de dichos vehículos, incluida la cancelación de su concesión. Mientras que, desde la Canapat, se reconoce en secreto, que el servicio de transporte público no es tan rentable. No es casual que exista una sola línea que circulen entre Toluca y Tenango del Valle.
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