Gran incertidumbre prevalece en torno a la visita de Barack Obama por Toluca. Nada se sabe con certeza respecto de las afectaciones que causará la llamada Cumbre de las Américas a celebrarse en la capital mexiquense. Lo más reciente revela que el mandatario estadounidense dormirá en suelo mexicano la noche del 19 de febrero, particularmente por los rumbos de Santa Fe. Y en esa circunstancia se prevé que el operativo se extienda otras 24 horas.
Desde el martes 18 y hasta el jueves 20 de febrero, existirá un dispositivo de seguridad para Obama y su séquito. La mayor preocupación no es el crimen organizado que campea en México. El énfasis puesto por el Servicio Secreto es evitar manifestaciones de globalifóbicos en rechazo al relanzamiento del Tratado de Libre Comercio. Para ello, los equipos de seguridad se asentarán en suelo toluqueño a partir del sábado entrante. Todo es hermetismo puro.
No se descarta la posibilidad de establecer un cerco de seguridad en la carretera México – Toluca, que conecta la sede del encuentro trilateral y la zona donde se prevé hospedarán por una noche a Obama. Toluca será la ciudad más vigilada del continente por un periodo de 72 horas, pero claro está sólo en el polígono de seguridad contemplado para la llamada Cumbre. Terminado el protocolo, los toluqueños volverán a su rutinaria vida.
La inversión económica dispuesta, el despliegue de seguridad ya proyectado, las alteraciones en la vida pública de una ciudad para un encuentro de sólo unas horas parece un despropósito. Lo más lamentable es la carencia de explicaciones y de información por parte de las autoridades locales. Lo cierto es que tal parece que no es que tengan prohibido o no quieran decir sobre los operativos de seguridad. Lo que es real, es que simplemente desconocen cómo se va a desarrollar la Cumbre, y esa información es privilegiada entre el Servicio Secreto de Estados Unidos y el Estado Mayor Presidencial mexicano.
Ayer se fortaleció el cerco que en días pasados se había dispuesto en la Plaza Ángel María Garibay frente al Cosmovitral. Sumadas a las vallas ya existentes, ahora se colocaron muros mucho más resistentes de madera, para blindar el encuentro de cualquier contingencia. Mientras que se eliminaron los topes del primer cuadro de la ciudad, particularmente de la calle de Hidalgo, desde su inicio en Paseo Tollocan hasta su conexión con los Portales.
El interés para los toluqueños para los próximos días no será el resultado del encuentro entre Obama, Harper y Peña Nieto. Lo importante para ellos se concentra en la alteración que existirá en la zona centro, y también de eventuales operativos sobre la carretera México – Toluca, considerando los cientos de personas que a diario viajan entre la capital mexicana y la mexiquense. Esa será la circunstancia que atraiga su atención.