Haya o no reforma energética, para el próximo año prevalecerán los famosos “gasolinazos”. El pasado fin de semana, hubo un aumento más al precio de la gasolina. El litro de la magna –la más barata del mercado- superó ya los 12 pesos. A pesar de las promesas de que los combustibles reducirían su precio, el gobierno federal se encuentra entrampado en el subsidio de la gasolina, y su costo ya rebasa el de Estados Unidos.
Ese será un costo político insuperable para el gobierno de Enrique Peña, que le cobrará la factura en los comicios de 2015. El consumo de la gasolina impacta a todos los sectores, incluidos aquellos que no cuentan con vehículo propio, pero que resienten el aumento en el transporte público o en el consumo de otros productos, derivado sí, de los “gasolinazos”. Es en esa misma ruta, donde la reforma energética se podría topar con pared.
La reforma hacendaria obtenida por Peña Nieto no fue la mejor, ni en lo económico, ni en lo político. No obtendrá una recaudación de recursos como esperaba. Y el costo político de la misma, será inevitable en corto plazo. La oposición panista instaló en el debate el golpe financiero a las clases medias, y hubo por parte del gobierno federal una insuficiente reacción. Una chata miscelánea fiscal fue aprobada, frente al desprestigio en la base.
Quien se frota las manos es Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño no pierde oportunidad, ya sea en sus marchas o en sus asambleas para conformar el Morena, para desenfrenadamente descalificar las reformas estructurales del peñismo. La bandera nacionalista del petróleo, dominará el debate público de las próximas semanas. La proyección es que no se obtenga la reforma deseada, y el descrédito sea mayor del esperado.
A propósito de López Obrador, y su visita por el Estado de México. Con todo y las prácticas clientelares y de “acarreo”, Andrés Manuel ratificó su fuerza electoral en el centro del país, incluido el Estado de México. Se atribuye que la entidad junto con el Distrito Federal –por estar al centro del país- son las más informadas y eso las acerca a la ideología de izquierda. El bono político del tabasqueño ahí simplemente nunca desfavorece.
Su otro factor de empuje se encuentra en el sureste. Ahí López Obrador nada como “peje” en el agua. Donde simplemente no encuentra respuesta, empatía o respaldo es en el norte del país, donde por cierto existe un descontento inconmensurable por la homologación del IVA del 11 al 16 por ciento. El país se enfrenta a la recta final del año, con un panorama sombrío para quienes impulsan las reformas.