Redacción

La desaparición de jóvenes, la gente extraña rondando escuelas primarias, las extorsiones y los robos cotidianos que sufren hombres y mujeres tras sus jornadas de trabajo, pero sobre todo la nula respuesta de la autoridad municipal para mejorar las condiciones de seguridad del municipio, orillaron a pobladores de San Mateo Atenco a salir a las calles a exigir a la alcaldesa Olga Pérez que cumpla con su obligación de proteger los habitantes de la localidad.

Unas 200 personas de diferentes barrios pidieron más patrullas, más policías y una estrategia clara que permita reducir los índices de criminalidad en el municipio que han venido en aumento desde el ingreso de la actual administración priísta.

Los pobladores de San Mateo Atenco aseguraron que en las últimas semanas se han reportado al menos dos desapariciones de jóvenes estudiantes, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

El primero de ellos, registrado a inicios de septiembre, es Eduardo Sánchez Hidalgo, de 18 años de edad, y el segundo Axel Marín Castañeda, quien el domingo 6 de octubre desapareció, tras un partido de futbol rápido en el barrio de san Juan.

Ambos casos ya son investigados por la Procuraduría General de Justicia de la entidad, quien ha emitido sendas Alertas Amber para tratar de dar con su paradero.

También las madres de familia se han quejado que en las cercanías de las escuelas primarias se ha detectado a “personas extrañas” que presumiblemente sacan fotografías de menores. El temor que se ha generalizado es que ahora pretendan robarse niños. “No debemos llegar a que se dé un caso para que la autoridad haga algo”, dijo una de las madres que participó en la marcha.

Aunado a ello, los robos a transeúnte se han vuelto cotidianos en los paraderos de San Mateo Atenco. Los habitantes acusan que existen bandas organizadas que detectan a su víctima, estudian la ruta y los días de quincena o los viernes los atracan. “No importa que sean hombres o mujeres, llegan con armas blancas o armas de fuego y obligan a las víctimas a despojarse de sus pertenencias”.

Para completar el cuadro, los comerciantes se quejan de ser víctimas de extorsión. Reciben llamadas telefónicas, o les dejan mensaje en sus negocios para que cierto día dejen su cuota con el encargado del local para que no les pase nada. “Si se niegan se atienen a las consecuencias”, les advierten por teléfono.

La movilización obligó a las autoridades municipales -que había hecho oídos sordos a los reclamos-, a atender a los inconformes. La presidenta municipal, Olga Pérez, prometió que habrá más seguridad, que se comprarán más patrullas y se colocarán cámaras de videovigilancia para las calles, además de que se pedirá a la Secretaría de Seguridad Ciudadana apoye con la vigilar las escuelas a la entrada y salida de alumnos.