Redacción
Por primera vez en muchos años, los libros de texto gratuitos que son pilar en los programas de enseñanza en las escuelas públicas y privadas del país, estarán listos para el inicio del ciclo escolar el próximo 19 de agosto. El único inconveniente es que están plagados de errores ortográficos, según reconoció ayer el secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor.
Aunque la dependencia que encabeza se pudo percatar de las fallas que el funcionario consideró como “imperdonables”, la Secretaría ya nada pudo hacer para subsanar los errores, debido a que los libros ya se encontraban en proceso de impresión.
Emilio Chuayffet manifestó durante una entrevista colectiva que concedió ayer en Toluca, tras asistir a un seminario organizado por Conalep, que las fallas no son atribuibles a su gestión al frente de la dependencia, a la cual llegó el pasado 1 de diciembre.
Cuando nosotros llegamos, los libros ya estaban en impresión, y por la cantidad de ejemplares de los que se trata, ya nada se pudo hacer, si es que queríamos que los libros estuvieran a tiempo, dijo.
En total se imprimieron más de 255 millones de ejemplares de libros de texto para primaria, en los que se han encontrado al menos 117 faltas ortográficas. “Esto es imperdonable” recalcó Chuayffet, tras afirmar que no se puede exigir al niño que lea o escriba bien cuando en el libro existen tales errores.
“Haber parado la impresión hubiera ocasionado un problema mucho más grave” expuso el funcionario al recalcar que ya no se tenía tiempo de enmendar la falla y reiniciar la impresión de los libros.
“El error no estuvo en la editorial, sino en la redacción de los contenidos, porque nunca estuvieron a revisión, de otra manera, no se entendería que existieran tantas faltas de ortografía”, insistió.
Chuayffet prometió que esto no volverá a suceder, ya que se habló con la Academia Mexicana de la Lengua Española para que designe a un grupo de expertos que se dedique a revisar los contenidos de las próximas ediciones de los libros de texto gratuito que se distribuyen a los más de 30 millones de niños que asisten a las escuelas de educación básica.