Redacción
La protesta por la reciente aprobación de las reformas al Código Penal del estado, que castigan con cárcel a quien preste servicios educativos sin tener reconocimiento oficial va subiendo de tono. Ayer, ocho maestros agremiados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación decidieron iniciar una huelga de hambre para presionar al gobierno de Eruviel Ávila, con el objetivo de que no publique las enmiendas avaladas apenas el viernes por el pleno legislativo.
Los profesores que laboran para la Universidad del Pueblo Trabajador de Nezahualcóyotl (UPTN), cuya institución cuenta con sólo siete planteles con clave de los 21 que han creado en el oriente del estado, informaron que su ayuno será verdadero y no consumirán alimento sólido y el líquido que tomen se reducirá sólo a agua.
Los integrantes de la CNTE, que iniciaron su protesta con un plantón el lunes pasado frente a Palacio de Gobierno, construyeron una jaula que colocaron en uno de los extremos de la Plaza de los Mártires. Dentro de ella se ubicarán las cuatro mujeres ayunantes y en el exterior se colocarán los cuatro hombres y los profesores que cada día se sumen a la huelga de hambre, hasta que el gobierno anuncie que no publicará las reformas aprobadas por el Congreso.
A la par de esta demanda los profesores demandan el cumplimiento de acuerdos asumidos entre funcionarios de la Secretaría General de Gobierno con la organización, de otorgar al menos dos claves más para reconocer a dos planteles más de manera oficial.
Recordaron que en la administración de Eruviel Ávila se les han reconocido dos planteles, y cuatro más en la gestión de Enrique Peña, por lo que ahora les extraña que de un día para otro la postura del gobierno del estado haya cambiado radicalmente, porque “primero nos dieron entrada con los trámites del reconocimiento y ahora el secretario de Educación, Raymundo Martínez dice que todas escuelas deben desaparecer”.
“Esta reforma no hace otra cosa más que criminalizar a maestros y líderes sociales que se han encargado de atender una demanda que el gobierno no ha podido hacerle frente. Nos tratan peor que a secuestradores. Nos quieren dar penas de más de diez años cuando lo que hacemos es una tarea noble de enseñanza a jóvenes a quienes el Estado les ha cerrado las puertas. No estamos cometiendo un delito, sino al contrario”, dijo uno de los mentores que en próximos días se sumará al ayuno.