Los alcaldes de Toluca y Metepec, Guillermo Legorreta y Jaime Efraín Hernández viven sus cinco minutos de fama. En la víspera del tercer y último informe de gobierno de los actuales ayuntamientos, Legorreta y Jaime Efraín, alcaldes suplentes, han buscado una promoción personal –como la acostumbrada por sus antecesoras- que hoy están convertidas en Senadoras de la República, con la gran diferencia de que los hoy ediles llevan sólo unos meses en el cargo, sin que nadie –ningún ciudadano de los municipios en cuestión- hayan votado por ellos.
En spots de radio, Jaime Efraín Hernández, hace patente que Metepec le cumplió a sus gobernados. Y se asume como el presidente municipal que completó un ayuntamiento exitoso. En realidad, a la gente de Metepec poco le interesa quién es su presidente municipal, muy pocos lo conocen, en tanto que ni siquiera sufragaron por él. Pero Jaime Efraín está hecho en la vieja escuela priísta de los actos faraónicos en cada informe de gobierno, y no iba a dejar pasar la oportunidad. Sus cinco minutos de fama están en curso, y también a punto de finalizar.
Legorreta, aunque más discreto, también busca el reflector de ser alcalde saliente de la capital mexiquense. El delfín político de María Elena Barrera Tapia, también estará en la búsqueda de definiciones, y posicionarse en la ruta del proyecto presidencial de Enrique Peña Nieto. Todo lo que hoy huele a promoción personal está muy vinculado con una posible promoción al gabinete de Los Pinos, que según parece beneficiará ampliamente a la clase política mexiquense. No es gratuito que Legorreta intensifique su difusión en el marco del informe de gobierno municipal.
Quien ya parece tener un lugar asegurado en el gabinete peñanietista, es Alfredo del Mazo Maza –alcalde de Huixquilucan- quien completará los tres años y cuatro meses de gobierno para los que fue electo. Muchos pronostican que el edil de Huixquilucan podría asumir a partir de enero la titularidad de Fonatur, en cuyo cargo deberá legitimarse que Del Mazo Maza ya fungió como secretario de Turismo en la entidad, durante el mandato de Peña Nieto. Por mientras, Alfredo también alista su tercer y último informe de gobierno. No hay plazo que no se cumpla.
En tanto, Azucena Olivares, que aspiraba a posicionarse como una posible integrante del gabinete de Eruviel Ávila Villegas, parece estar descartada de su autopromoción. El escándalo en que está sumido Naucalpan, por su deuda pública y los pasivos que acumula, le han mandado un mensaje claro para Azucena, que lo mejor será buscar impunidad, y no necesariamente otro “hueso” que roer. Las cosas no están sencillas para quien hace más de un año levantó la mano como precandidata a gobernadora, y que al final del camino benefició a Eruviel Ávila.