Muy contento andará Enrique Peña Nieto. Tiene en la bolsa la poderosa comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en San Lázaro. La ex secretaria de Finanzas de Hidalgo, Nuvia Mayorga es muy cercana al ex gobernador de aquella entidad Miguel Ángel Osorio Chong, A partir del mes de diciembre, Mayorga será la mano que deberá mecer la cuna para la repartición presupuestal del año entrante, donde las prioridades de Peña Nieto estarán sobre el escritorio de la hidalguense.
Mayorga ya trabaja con Raúl Murrieta –ex secretario de finanzas del Edomex- para armar el proyecto presupuestal. Por ahora Murrieta es el responsable de política económica del equipo de transición, y es el hombre de confianza de Luis Videgaray para que desde el presupuesto se atiendan el cumplimiento de compromisos de la campaña priísta, y el pago de favores políticos que desde el paquete fiscal deba realizarse a partir del año entrante. La tarea es maratónica y contrarreloj.
Mayorga y Murrieta coincidieron políticamente cuando ambos eran secretarios de Finanzas, apenas el año pasado. Nuvia en Hidalgo y Raúl en el Estado de México. El mexiquense era quien lideraba a todos los titulares de las entidades, y desde ahí junto con Mayorga operaban políticamente a favor de los intereses peñanietistas. El destino –que no es casual- los ha puesto juntos en la encomienda presupuestal del año entrante. Mayorga es pues, alguien muy maleable para la causa en curso.
Lo que día a día se demuestra cada vez con más fuerza, es que el próximo gobierno estará dominado por tres entidades: Estado de México, Hidalgo y Coahuila. Peña Nieto tiene frente a sí, las condiciones para fortalecer a su grupo político. También se debe incluir a Osorio Chong, que tendrá amplia injerencia en el gabinete junto con parte de sus aliados. Y no perder de vista a Humberto Moreira, que sin poder estar en la escena, sí tendrá participación por interpósitas personas.
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Beltrones también opera, y teje fino desde San Lázaro. El agandalle del PRI en las principales comisiones legislativas trajo como uno de los principales ganadores al diputado sonorense. Manlio Fabio operó de facto como un vicepresidente durante el sexenio del calderonismo, y con el control que imprimirá desde San Lázaro, impondrá condiciones suficientes para co-gobernar con Peña Nieto al menos por el próximo trienio legislativo. Más sabe el diablo por Manlio, que por diablo.
Del otro lado, Emilio Gamboa ya impone condiciones desde el Senado de la República para también compartir el poder. El senador, líder de la CNOP, cuenta con una alianza histórica con Beltrones, y como dupla colegisladora darán un primer espaldarazo a Peña Nieto con el aval de la reforma laboral que se discute ahora en la Cámara Alta. Después vendrá el cobro de favores, y cuando les toque el turno de pedir, y de asumir el poder presidencial al que están acostumbrados.
