Toluca, Edomex. 12 de noviembre de 2014.- El verdadero “mexican moment” tiene como grandes beneficiarios a un puñado de empresarios originarios del Estado de México. A la par del ascenso al poder del llamado Grupo Atlacomulco, identificada con la élite política mexiquense, encumbrada bajo la simbólica presidencia de Enrique Peña Nieto, es de destacar la élite empresarial que apostó siempre por el proyecto político del priísmo mexiquense, y que hoy más que nunca se encuentra en el cobro de facturas para desarrollar amplios negocios al amparo del poder.
En esa circunstancia se entiende la presencia de Juan Armando Hinojosa, uno de los hombres más polémicos de las últimas semanas por su cercanía con Enrique Peña Nieto. El empresario, se convirtió en uno de los hombres más influyentes del peñismo, cuando el atlacomulquense era gobernador. Hoy, Juan Armando ha sido beneficiado como uno de los principales accionistas en el desarrollo del nuevo aeropuerto en Texcoco, y era hasta el jueves pasado, uno de los ganadores de la licitación del tren México – Querétaro, cuyo proceso fue revocado por Peña.
Otro de esos hombres del dinero es Roberto Alcántara. Ganador de un sospechoso proceso de licitación sobre la operación de tags en diversas carreteras del país, el empresario presume de su militancia priísta. Alcántara ha sido ya señalado por la opinión pública por su influencia y relación con la clase política que hoy ejerce el poder presidencial. Está claro que la amplia gama de negocios que ya domina, hoy tiene una puerta de expansión de la mano del empoderamiento mexiquense.
Luis Maccise es otro de los destinados al empoderamiento empresarial. La familia Maccise surge en el entramado local a partir del mandato de Carlos Hank. Es tanta la cercanía entre los Maccise y el priísmo mexiquense, que durante la precampaña presidencial de Arturo Montiel compartían oficinas en la ciudad de México. Con el peñismo, el consorcio del grupo Mac disfrutó de amplios negocios, y que desde la presidencia que ejerce Enrique Peña se han fortalecido con singularidad.
Finalmente, la lista de grandes beneficiarios debe contemplar a Carlos Hank Rhon. Heredero del hankismo, quien hizo del ejercicio del poder un tráfico de influencias para el empoderamiento político y el enriquecimiento económico. Hank Rhon declinó a favor de Peña Nieto para apoyar su candidatura a gobernador. En adelante, fue de los grandes beneficiarios empresariales de su mandato en el Estado de México. Ahora, desde la Presidencia de México, el consorcio hankista será entre otras cosas, responsable de construir la primera parte del tren México – Toluca.
En estricto sentido, no son los únicos empresarios mexiquenses de amplia influencia en el círculo cercano de Peña Nieto. En esa posibilidad también se encuentran los Peralta de Jocotitlán, los Monroy del Valle de Toluca, y otros tantos que han compartido con el Grupo Atlacomulco amplios negocios en el Estado de México, y que hoy se completan con el poder presidencial que les ha sido prestado desde diciembre de 2012.
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