La mancuerna Luis Videgaray y José Manzur entregarán al Estado de México un presupuesto muy “copeteado”. Las zonas urbanas desarrollarán amplia infraestructura para el año entrante. Martha Hilda y Carolina están en los afectos de Enrique Peña, y es que los amigos se reflejan en la nómina y también en los recursos etiquetados. La gran apuesta del peñismo es la rentabilidad electoral en el ejercicio presupuestal.
Algo que no resulta buena señal para Eruviel, son los beneficios financieros que obtuvo Antorcha y los municipios que gobierna. Alguien busca contentar el enojo que traen los antorchos. No obstante el castigo aplicado por Ávila, desde Los Pinos le han mandado el mensaje de que se alinee, lime asperezas y corrija la relación insana con Tolentino y los suyos. Antorcha tendrá recursos para seguir su guerra sucia, eso ni dudarlo.
Otro entramado positivo de los muchachos comandados por Manlio Fabio Beltrones, es que lograron aprobar el presupuesto antes de la fecha límite que vencía este viernes. Lo que sigue en su cancha, es definir a los cinco consejeros electorales que hacen falta en el IFE. El cabildeo político ha comenzado, para definir la repartición partidista del consejo electoral.
Mientras que en el Senado de la República, se alista ya la discusión sobre la Reforma Energética. Esa será la madre de todas las batallas. El bono electoral de Enrique Peña se ha comenzado a agotar. El PRD votará en contra de los acuerdos entre PRI y PAN. Los panistas ven muy tibia la iniciativa enviada por el Ejecutivo. Y los tiempos han entrado en una fase crítica, para aprobarse antes de que finalice este año.
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Han comenzado las especulaciones sobre posibles cambios en el gabinete de Enrique Peña. Es un rumor natural por fin de año, y por cumplirse los primeros doce meses de su gobierno. Entre la baraja de posibles bajas se ubica a la secretaria de Salud, Mercedes Juan, una de las tres mujeres que conforman el gabinete presidencial. Lo cierto es que la titular de la cartera sanitaria poco se ayuda, y se echa la soga al cuello.
Antier, según metodología propia, consideró que el crimen organizado cobra un costo entre el 8 y el 15 por ciento del PIB anualmente. La ecuación resulta de las estimaciones sobre operativos policíacos, el sistema de administración de justicia y hasta el sector salud para atender el problema de adicciones. Ayer, Mercedes Juan debió recular, para admitir que la única cifra oficial sobre el caso la da el INEGI, y estima que el crimen cuesta tan sólo el 1.5 por ciento del PIB. Con esa secretaria para qué queremos enemigos.