Ni duda cabe. El mayor flagelo del Estado de México se llama impunidad, frente a una sociedad que hoy se siente más insegura que hace un año. De ahí que no resulte extraño que sea el Procurador Miguel Ángel Contreras Nieto, el primer funcionario citado a la silla de los acusados en la glosa del segundo informe de Eruviel, y lo hará ante el pleno legislativo, para explicar el desastre en que se ha convertido la Procuraduría de Justicia.
El último funcionario mexiquense que compareció ante el pleno, renunció. El año pasado, Raúl Murrieta Cummings –entonces secretario de finanzas- dejó el gabinete eruvielista para sumarse al equipo de Enrique Peña. Hoy, Contreras Nieto parece insostenible para Eruviel. No basta con ser un hombre bien intencionado, frente a los desatinos de su gestión, y una procuraduría cada vez más desacreditada. La única salida es irse.
Para la comparecencia en comisiones, los legisladores han citado a los secretarios de Desarrollo Social y Comunicaciones, Elizabeth Vilchis y Apolinar Mena. Con esa tercia, parece los legisladores locales podrían solventar el segundo año de gobierno del eruvielato. Extraño resulta que los más cercanos a Eruviel no comparezcan: Fuentes, Raymundo, Erasto y Gómez Monge. El manto protector alcanzó para blindarlos de la exhibida.
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De qué tamaño es el miedo de Eruviel a los antorchos. Ayer por la mañana, policías estatales blindaron los puentes peatonales del Paseo Tollocan para evitar que aparecieran de nueva cuenta mantas de denostación. Tanta atención le merecen las huestes, que ahora agentes que debieran combatir el crimen, persuadir delitos o agilizar el tránsito, están dedicados a cuidar la imagen del gobernador, y evitar que cuelguen mensajes en su contra.
Y mientras tanto, Antorcha subirá de tono su protesta. Vienen más marchas. Insistirán en su queja ante Derechos Humanos. Alistan la movilización en el Estadio Azteca. Y firme está el desafío para que los expulsen del PRI. Los líderes antorchistas ya tocaron la puerta de Los Pinos porque no creen en los interlocutores de Eruviel. Los aliados se han convertido en adversarios. La beligerancia es su bandera de lucha.
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Otra más de violencia. Ayer un elemento de la Policía Bancaria Industrial (PBI) del Distrito Federal fue asesinado a bordo de una unidad de transporte público que circulaba sobre la carretera federal Texcoco-Lechería, a la altura del kilómetro 43. El agente policíaco se opuso a ser despojado de sus pertenencias por varios asaltantes. Los hechos ocurrieron en el poblado de Santa María Chiconautla, municipio de Ecatepec.
