A propósito de la salida de Salvador Neme de la Policía Estatal, el hombre más feliz debe ser el Procurador General de Justicia, Miguel Ángel Contreras Nieto, con quien sostenía profundas diferencias. Lo que emprendía la policía preventiva jamás era respaldado por el ministerio público y viceversa. Ahora, la esperanza de Contreras Nieto es convertirse en el alfil de la seguridad en el Estado, pero para su infortunio encabeza una institución ampliamente desacreditada.

En el peor de los escenarios, se debe reconocer que hasta el momento, la Secretaría de Seguridad Ciudadana no ha cambiado la realidad, ni la percepción. En una y otra, la incidencia delictiva es lacerante. El robo de vehículo, los secuestros, las violaciones y los homicidios, son una constante en diversas regiones de la entidad. La prevención del delito es inexistente. La reconstrucción del tejido social es mera intención. Y todo se ha quedado en discursos.

Los ayuntamientos han perdido su autonomía. Han entregado la operatividad de sus policías municipales al mando único. Es lastimoso que los mexiquenses vivan en la zozobra. En algunas zonas del sur de la entidad, se vive desde hace algunos años un estado de sitio. En la zona oriente, las historias cruentas se reportan día a día. El Estado de México es una de las tres entidades con mayores saldos producto de la lucha entre cárteles del narcotráfico.

La entidad mexiquense se ha convertido en un campo de entrenamiento. Los integrantes del gabinete de Eruviel Ávila sólo se adiestran algunos días, semanas o meses y le renuncian. La casa está siendo abandonada por el canto de las sirenas que suenan desde Los Pinos. Es el sexenio de los mexiquenses, y por eso muchos quisieran que hasta Eruviel renunciara. Lo cierto es que el ecatepense cada vez se siente más cómodo desde Lerdo 300.

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Enrique Peña tendrá un fin de semana de reflexión. El domingo entregará por escrito su primer informe de gobierno en San Lázaro a través de su secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. El lunes presentará un mensaje a la nación sobre el conjunto de cosas de los primeros nueve meses de su gestión. Sin embargo, por la transición de gobierno o por la inestabilidad de los mercados internacionales, pero no se tienen números muy halagadores.

Lo que más recuerdan los mexicanos en los últimos meses, después de la elección del año pasado, es la captura de Elba Esther Gordillo, pero todo se ha venido por la borda con la devolución de bienes a Raúl Salinas de Gortari y la liberación de Rafael Caro Quintero. Por si fuera poco, la bomba que ha estallado en los últimos días, llamada CNTE, han comenzado a minar el discurso esperanzador en el que Peña Nieto pretendía insistir.