Los días por venir no serán sencillos para el secretario de Educación, Raymundo Martínez Carbajal. El próximo lunes regresarán a clases 4.5 millones de alumnos, en una operación de rutina. Pero las dificultades estarán en asuntos colaterales de la educación básica y la falta de planeación de las autoridades educativas y de operación política de los mandos superiores.

En principio, a pesar de que el ex gobernador Emilio Chuayffet -ahora titular de la SEP federal- advirtió que se eliminarían las cuotas de escuelas públicas, éstas han comenzado a cobrarse como condición para inscribir a los alumnos a los niveles de primaria y secundaria. Hay falta de supervisión, omisión o complacencia por parte de la secretaría de Educación estatal.

Por si fuera poco, ahí está presente el asunto de los 117 errores ortográficos en loa libros de texto gratuitos, que serán repartidos por la dependencia que encabeza Chuayffet. Mientras que los maestros mexiquenses hasta ahora desconocen los tipos de errores y la manera de enmendarlos en el salón de clases. Y con ese tipo de complejidades los alumnos deberán arrancar ya un aprendizaje per se deficiente.

Si eso fuera escaso, hay cientos de maestros por no decir miles, inconformes con la reforma educativa. En los últimos meses se han presentado plantones, marchas y hasta huelgas de hambre con una mera exigencia: ser escuchados. Pero la respuesta simplista de Raymundo Martínez ha sido la ignominia en los reclamos de los docentes. Su falta de operación, mantiene la estabilidad magisterial sostenida con alfileres.

Una más: Mientras Martínez Carbajal le presume a su jefe la proliferación de planteles educativos de tiempo completo, muchos de estos carecen del equipamiento necesario para su funcionamiento. En muchas de estas escuelas no hay comedores para los alumnos que permanecen en su interior. Alguien le miente a Eruviel sobre las condiciones académicas, en el que pretende instalarse como el sexenio de la Educación.

Y finalmente, no hay que perder de vista la situación jurídica de Elba Esther Gordillo. Originaria de Chiapas, pero con su carrera magiaterial y política hecha en el Estado de México, su encarcelamiento todavía mantiene a muchos de sus más cercanos colaboradores en la angustia de su futuro, y eso también se refleja en las condiciones educativas del estado con la matrícula estudiantil más robusta.