Andrés Manuel López Obrador estará en Toluca sábado y domingo. El ex candidato presidencial se ocupará de las asambleas para alistar la conformación de su nuevo partido político. El Morena está en camino, y en el Estado de México pretende afianzarse con enorme fuerza. El padrón más grande del país en 2006 y en 2012, y lo será en 2018 se asienta en la entidad mexiquense. No hay duda que todo proyecto electoral pasa por esta tierra.
Sin embargo, no hay muchos fieles lopezobradoristas convencidos del nuevo partido. Alejandro Encinas, actual senador, no tiene contemplado separarse de su militancia perredista. Lo mismo han expresado Rosendo Marín y José Luis Gutiérrez Cureño, quienes han permanecido fieles a la causa lopezobradorista aun en los tiempos más aciagos. Ni pensar en los colaboracionistas Luis Sánchez, Higinio Martínez o Domitilo Posadas para sumarse con el Morena.
De la certeza del presupuesto y las prerrogativas a la incertidumbre del registro, la mayoría de sus colaboradores más cercanos prefiere no arriesgar. Lo que espera entonces a López Obrador es una tarea de amplio convencimiento, más tratándose de Toluca, el primer aterrizaje de su causa. Si eso ocurre en el Estado de México, donde el efecto Peje ha dado grandes dividendos a la izquierda, el reto parece abrumador en otras partes del país.
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Faltan 50 días para que Enrique Peña tome protesta. La última andanada de cambios al gabinete de Eruviel Ávila influidos por la conformación del gabinete del Presidente Electo ocurrirían en un plazo de cuatro semanas. Hay dos personajes que todavía suspiran en meterse al proyecto presidencial: Gabriel O´Shea, el todavía secretario de salud en la entidad desde el sexenio pasado; y Elizabeth Vilchis, secretaria de desarrollo social, que simplemente con Eruviel y su gente no se entiende. Vilchis podría ser rescatada por Luis Videgaray.
A quien las cosas le pintan muy bien es a Raúl Murrieta. El ex secretario de finanzas, es el hombre de confianza de Peña Nieto para ajustar los números e integrar el presupuesto del año entrante. Las prioridades son claras: combate a la pobreza, generación de empleos y nueva estrategia de seguridad. Pero Murrieta no piensa en retirarse del Estado de México, sigue viviendo en Metepec, a donde va y viene a diario, para dedicarse de lleno a su chamba.
Anda tan de buenas Murrieta, que a través de su tuiter pensó en voz alta, al expresarse de buena forma de Vidal Llerenas, ex diputado federal y asambleísta del Distrito Federal. El aludido es un experto en materia de finanzas públicas, a quien le soltó que es tan buen político, que en “una de esas” lo andan cambiando de partido político. Entre broma y broma, habría que preguntarle qué piensa Marcelo Ebrard, jefe político de Vidal Llerenas.