Toluca, Edomex; 16 de diciembre de 2020.- La Estafa Maestra representa el mayor símbolo de corrupción del sexenio peñista; su castigo a los responsables significaría el castigo ejemplar por parte del régimen de la autodenominada Cuarta Transformación. Ahí, los esfuerzos de López Obrador se concentran para determinar a los responsables de desviar recursos públicos a través de universidades públicas. Y el Estado de México no es ajeno a esa coyuntura.
Desde la Fiscalía General de la República (FGR) se han girado tres citatorios que involucran a tres funcionarios de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) que permitan deslindar responsabilidades. Se trata de Javier González Martínez, secretario de Administración en el rectorado de Jorge Olvera García; además de Eduardo Aceves Fernández, titular de seguimiento a convenios y supervisión; y Pío Quinto Mauricio Guadarrama, quien era responsable técnico de algunos convenios que están señalados en la denominada Estafa Maestra.
En el fondo de sus investigaciones, se deberá acreditar qué ocurrió con los convenios firmados entre la UAEMex y la Sedesol, en los cuales se advierte hubo subcontratación de otras empresas, y en algunos casos, ni siquiera se habría entregado los servicios para los cuales se contrató a la institución universitaria. El criterio de oportunidad manifiesto hace algunas semanas por Rosario Robles y Emilio Zebadúa tendrá su impacto político y jurídico hacia otros funcionarios.
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El repunte por covid está a punto de colapsar la ocupación hospitalaria en el Estado de México. Las cifras de la segunda semana de diciembre han rebasado el pico de la pandemia de junio pasado. Lo más grave: la honda preocupación de que miles de mexiquenses acudan en las próximas semanas a posadas, reuniones sociales, cenas familiares que podrían elevar la cifra de contagios a una condición insostenible para el sistema de salud público. Mientras tanto, el semáforo se mantendrá en naranja para salvaguardar la economía.
En la acera de enfrente, los restauranteros ven como una compleja situación acatar las medidas de cierre de sus negocios a las 17 horas. La medida, consideran, es lo mismo que bajar la cortina de manera definitiva. Ese sector que apenas recuperaba su condición económica, también podría representar una quiebra para negocios que requieren rentar de algún inmueble y costear una nómina frente a un panorama desolador que desincentiva sus ventas.
A pesar de los esfuerzos de autoridades federales y estatales por contener la curva de contagios, a nueve meses de la pandemia, son muy pocos los alcaldes mexiquenses que se han involucrado en apoyar el distanciamiento social, o bien impulsar la reactivación económica de sus comercios.
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