Toluca, Edomex; 14 de septiembre de 2020.- El sexenio pasado, la desbordada afición presidencial por el golf derivó en una practica generalizada para las élites del poder político. Enrique Peña, Luis Miranda Nava y Emilio Gamboa tomaban decisiones de gobierno mientras compartían su pasatiempo favorito. A la distancia, como parte de esa Cuarta Transformación, ahora el béisbol se ha convertido en el deporte predilecto de la clase gobernante como si fuera una tarea por congraciarse con el tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador.
Del 10 al 13 de septiembre, el senador Higinio Martínez organizó un minitorneo beisbolero, que fue una ocasión propicia para concitar a líderes sociales, en la tierra de origen de la clase política más influyente del estado. Ahí, se dieron cita Pedro Haces, secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), uno de los sindicatos más cercanos al lopezobradorismo. En la víspera, Haces fue incluido en la lista de los 300 líderes más influyentes del país, ante su ascendencia con el régimen de la 4T.
Otro que no perdió la oportunidad de placearse por Texcoco fue el alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar. El liderazgo más visible del panismo mexiquense acudió por invitación de Pedro Haces. Y aprovechando su momento, se tomó la fotografía con Higinio Martínez. Para muchos, una imagen anticipada de la elección por la gubernatura de 2023. Higinio vs Vargas. Texcoco vs Huixquilucan. Morena vs PAN. Las opciones de la alternancia del poder.
Un puñado de alcaldes morenistas también atendieron la convocatoria del senador Martínez. Los tiempos electorales están muy próximos. Primero vendrá la contienda interna por la dirigencia nacional, y las definiciones a nivel local. Entre los meses de diciembre y enero, vendrán las decisiones de próximos candidatos. Ayer, estuvieron en Texcoco, junto a Higinio, los alcaldes de Ecatepec, Fernando Vilchis; de Naucalpan, Patricia Durán; de Metepec, Gabriela Gamboa y la anfitriona, Sandra Falcón.
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Andrés Manuel López Obrador se siente muy cómodo en el Estado de México. El viernes pasado, asistió a Zinacantepec, para supervisar el avance en las obras del Tren México – Toluca. Una de las obras que dibujan de cuerpo entero la corrupción y los sobrecostos del sexenio pasado. Pero que paradójicamente por su diseño estructural podrían dar conectividad al modelo aeroportuario de Santa Lucía que empuja el actual sexenio. Ahí, Andrés Manuel dejó abierta la posibilidad de que el proyecto ferroviario pudiera concluir para 2022.
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Otro actor político que tiene a la entidad mexiquense como destino favorito es el embajador de los Estados Unidos, Christopher Landau, que el sábado visitó el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán. A través de sus redes sociales, el diplomático estadounidense se ha vuelto un asiduo promotor de los atractivos turísticos del Estado de México.
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