Toluca, Edomex; 11 de agosto de 2020.- La clase gobernante del priísmo mexiquense fue durante el sexenio peñista la de mayor peso político, y quien tomó las más amplias decisiones del poder público en un ejercicio absoluto. A dos años de que el Grupo Atlacomulco perdió la Presidencia de la República, los mexiquenses no han dejado de incidir en la política nacional; sólo que ahora, son los paisanos militantes de la izquierda, quienes buscan reivindicar al Estado de México con un núcleo del poder gubernamental.
Por un lado, el texcocano, Higinio Martínez Miranda, es uno de los más fuertes aspirantes que Morena promueve para presidir la Mesa Directiva del Senado de la República para el periodo de sesiones que arranca el próximo 1 de septiembre. El líder del Grupo de Acción Política pretende demostrar su cercanía con López Obrador, y reclamar desde la Cámara Alta su hegemonía entre las filas morenistas del estado. Sin embargo, otros candidatos son Alejandro Armenta, Ovidio Salvador Peralta y Eduardo Ramírez.
En San Lázaro, Óscar González Yáñez, dueño de la franquicia del PT en la entidad, tiene encendidas sus veladoras para hacerse de la presidencia de la mesa directiva. Un acuerdo político favorece al Partido del Trabajo, y el exalcalde de Metepec es una de las cartas a la presidencia, la misma por donde han desfilado mexiquenses como Emilio Chuayffet, Marcela González Salas y Laura Rojas. En la disputa con González, aparece Gerardo Fernández Noroña, también de origen mexiquense, además de Benjamín Robles.
Ya se verá qué tanto pesan los mexiquenses en Morena y en el PT, en su intento por presidir el Senado de la República y la Cámara de Diputados Federal, aunque no precisamente sean el mejor ejemplo para la clase política del país.
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En la sucesión de la Universidad Autónoma del Estado de México, hay dos personajes que no habrá que perder de vista. Por una parte, Jorge Bernáldez García, quien está por completar ocho años en el mismo encargo, como secretario técnico de la rectoría. Es un hombre institucional, con el arropo de los últimos exrectores que siempre inciden en la vida universitaria. Ha sido un funcionario clave con Jorge Olvera y Alfredo Barrera Baca.
Del otro lado, con bajo perfil, pero tejiendo fino, se posiciona Marco Aurelio Cienfuegos Terrón. Exdirector de la Facultad de Ciencias Políticas. En su experiencia universitaria, fue secretario particular del exrector, José Martínez Vilchis. También ha logrado sostener una robusta relación con actores políticos y universitarios que son clave en la toma de decisiones del futuro inmediato.
Si a alguien habría que borrar de la lista de aspirantes, esos serían Jannet Socorro Valero y Luis Raúl Ortiz Ramírez, a quienes se responsabiliza de falta de sensibilidad política en el conflicto que derivó en un paro universitario en distintas facultades hace casi seis meses. De Valero Vilchis, también se advierte que tiene un expediente complejo en su paso por la Facultad de Ciencias Políticas, a través de Famecom, y su relación con entes públicos y privados.
El caballo negro en la contienda podría ser el eventual contralor universitario Victorino Barrios Dávalos, como carta de Morena.
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