Toluca, Edomex; 3 de julio de 2020.- Todos los caminos conducen a las elecciones del año entrante. Morena ha determinado que el próximo mes de agosto se elija a su dirigencia estatal, que será decisiva en el reparto de candidaturas. A finales del año pasado, las confrontaciones internas impidieron renovar la dirigencia nacional y estatal. En el Estado de México se llegó a los golpes y sillazos por el control del partido, y hoy nada garantiza la civilidad en la disputa del poder político.
Higinio Martínez mantiene un amplio margen de maniobra, a través del consejo estatal que preside Maurilio Hernández. En la acera de enfrente, Daniel Serrano concita los intereses que pretenden arrebatar el poder al GAP. Lo cierto es que, nadie cede a sus pretensiones, y eso anticipa una batalla política de gran tensión para su militancia. A eso se suma un tercer grupo que no se identifica ni con Higinio ni con Serrano y que aspiran a ser candidatos el año próximo. El resultado es de pronóstico reservado.
En la batalla estatal también incidirán los intereses nacionales. Los liderazgos de Mario Delgado, Ricardo Monreal, Bertha Luján y Marcelo Ebrard buscan amarrar alianzas con los grupos locales. Todos ellos tienen intenciones en común: ejercer un control en Morena hacia 2021 y 2024. En ese entramado, Higinio y Serrano han ido tejiendo sus propias alianzas desde el año pasado, que serán decisivos en la renovación de dirigentes. La posición senatorial del texcocano marca una diferencia sustancial, frente a alguien sin cargo público.
En el ostracismo se mantiene la excandidata a gobernadora, Yeidckol Polevnsky, quien enfrenta acusaciones de malos manejos financieros. La exdirigente nacional de Morena no pudo mantenerse en el cargo por un periodo extendido, y difícilmente podrá integrarse al gabinete federal, en medio del descrédito público que le han endosado sus adversarios. Una de las mujeres consentidas y más cercanas a López Obrador desde hace quince años, parece ha quedado en la orfandad política cuando finalmente habían conquistado el poder público.
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En la semana que transcurre, la ocupación hospitalaria en el Estado de México mantuvo registros por encima del 70 por ciento, por lo que es altamente probable que se mantenga el semáforo epidemiológico en rojo. Las autoridades estatales y municipales hacen esfuerzos para mejorar su calificación y cambiar el color a naranja, sin embargo, no hay condiciones para que el próximo lunes se pueda transitar a la nueva normalidad. La alerta máxima prevalece, mientras en la Ciudad de México sus indicadores mejoran semana a semana.
En distintas oficinas del sector central, se ha instruido para que a partir del próximo 15 de julio se reanuden algunas actividades no esenciales, sí o sí, independientemente del avance en el semáforo. Ya se han diseñado protocolos sanitarios, horarios escalonados y medidas de higiene en los espacios gubernamentales. Las funciones que se mantendrán suspendidas son las relacionadas con atención al público o que impliquen aglomeración de personas.
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