Toluca, Edomex; 25 de marzo de 2020.- En tiempos de crisis, es muy difícil distinguir quienes políticamente actúan con una vocación genuina y quienes pretenden lucrar con los escenarios más desalentadores. El tema dominante de la agenda pública es la contingencia obligada por el coronavirus. Es muy necesario quienes están encargados de la toma de decisiones asuman con responsabilidad las acciones a seguir. Hay quienes sólo opinan, cuestionan y viven de glorias pasadas, que nada aportan a la actual emergencia sanitaria.
Desde hace décadas, las autoridades gubernamentales han reconocido las carencias en el sistema de salud público. La población ha padecido las limitaciones de hospitales públicos, y también de los sistemas de seguridad social como Issste, IMSS o Issemym. La gran lección de la actual contingencia de salud debiera transitar por una mayor inversión en los servicios de salud, que garantice una atención de gran alcance para toda la población mexiquense.
La falta de médicos, el desabasto de medicinas, la insuficiencia de camas y otras limitaciones exhiben un sistema de salud muy enfermo. No es una responsabilidad exclusiva del actual gobierno, aunque también se ha demostrado que muchas irregularidades financieras han ocurrido en los sistemas de salud durante diversos sexenios, sin consecuencias legales.
Lo cierto es que, será inevitable que lo que hoy transcurre en el país por la contingencia del COVID-19 tendrá consecuencias en los escenarios electorales del año entrante. Particularmente se deberá considerar los efectos positivos o negativos de esta contingencia, no sólo en materia sanitaria, sino en aspectos sociales, económicos, asistenciales, laborales, entre muchos otros. Al calderonismo le pasó factura la influenza y la crisis económica de 2009, y en esta ocasión no será la excepción.
Si la emergencia sanitaria se prolonga, uno de los verdaderos desafíos de corto plazo será ajustar el calendario escolar. No es lo mismo cancelar eventos culturales o incluso reprogramar competencias deportivas de alcance local o nacional, que la posibilidad de perder cursos anuales o semestrales. El sector educativo, tanto público como privado, no podrán solventar por mucho tiempo sus programas de enseñanza a través de la educación a distancia.
Es probable que las vacaciones de verano queden suspendidas. Los próximos tres meses son cruciales para el ciclo escolar, porque egresan las generaciones que están por concluir los distintos niveles académicos, y en paralelo alistan los procesos de nuevo ingreso. En el sector educativo ya se trabajan escenarios distintos, ante la posibilidad de prolongar la actual contingencia de salud.
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