Toluca, Edomex; 18 de diciembre de 2019.- Este miércoles concluye el periodo ordinario de sesiones de la Legislatura estatal. Por la mañana, las comisiones de finanzas y de gasto público aprobarán los dictámenes de la ley de ingresos y del presupuesto de egresos de 2020. Los legisladores locales darán luz verde al endeudamiento por 7 mil 500 millones de pesos solicitado por el gobernador Del Mazo. Por la tarde, el pleno legislativo sesionará contrarreloj. En el tiempo límite, el mandatario tendrá el proyecto presupuestal del año entrante.
A cambio, Del Mazo se ha comprometido para que este miércoles se publique en el periódico oficial Gaceta de Gobierno las reformas a la Ley Orgánica del Poder Judicial y a la Ley de Fiscalización. Con ambas leyes en vigor, Morena se apresta a tomar el control político del Tribunal Superior de Justicia y del Órgano Superior de Fiscalización. De ahí que los acuerdos políticos se han logrado destrabar para dar manga ancha a la deuda pública planteada por el mandatario estatal.
Eso explica que de manera inmediata, la bancada de Morena haya aprobado ayer martes, las Cuentas Públicas de 2018. A pesar de que 12 ayuntamientos reprobaron en el manejo de sus recursos financieros, al gobierno central le hicieron observaciones menores. En paralelo, del dictamen original se suprimieron las recomendaciones de la comisión legislativa para destituir a integrantes del gabinete delmacista. Los legisladores sabían que se extralimitaban en sus funciones, pero fue parte de la moneda de cambio para alcanzar los consensos políticos de fin de año.
Con el aval para contraer una deuda bancaria superior a los 7 mil millones de pesos, las Cuentas Públicas ya aprobadas para el sector central y los municipios; y la posibilidad de imponer a un auditor afín a Morena, que podría recaer en la legisladora con licencia Miroslava Carrillo, la negociación ha quedado saldada como en un choque vehicular sin seguros para accidentes: ¡cada quien su golpe!
Ahora resta ver si en realidad todos cumplen su palabra y no han quién se eche para atrás.
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Abel Domínguez Rivero fue uno de los últimos pilares del corporativismo sindical al servicio del régimen priísta. Lo mismo recibía favores políticos que correspondía con su agrupación sindical al servicio electorero del partido hegemónico. Junto a su hermano Leonel, fundaron la CTC en la década de los 70, para replicar las peores prácticas sindicales de otro mexiquense, y su tutor político, el sempiterno líder de la CTM, Fidel Velázquez. Con su fallecimiento, es el preámbulo de un sindicalismo que se apaga de forma irreversible.
La influencia política de la CTC floreció con el hankismo; y retomó su auge durante el peñismo y el eruvielato. Ahí emergieron como figuras políticas Raúl Domínguez Rex -quien llegó a presidir el PRI estatal-; Abel Domínguez Azuz que se convirtió en alcalde de Zumpango; y Fernando Alberto García Cuevas -cuñado de los Domínguez- designado hasta secretario de gabinete. Los herederos de la CTC deberán encontrar los caminos para adecuarse a la democracia sindical que tanto trabajo les cuesta entender, y asumir que no estamos en una monarquía.
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