Redacción
Ciudad de México; 1 de septiembre de 2019.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador afirmó que los conservadores -acuñación otorgada a sus adversarios políticos- están moralmente derrotados por no haber podido establecer un paralelismo con relación a los primeros nueve meses de su gobierno, y la última época donde aquellos gobernaron, distinguida por treinta años de neoliberalismo, a la que calificó como una “época vergonzosa”.
Al dar lectura a su primer informe de gobierno, el primer mandatario insistió en que este primer año de gestión “no estamos viviendo un mero cambio de gobierno sino un cambio de régimen. Está en marcha una auténtica regeneración de la vida pública de México”.
En la sede del Palacio Nacional, López Obrador detalló que desde su gobierno no se pretende que desaparezcan las protestas legítimas ni los reclamos de nuestros adversarios, sin embargo, insistió en que son más los mexicanos que respaldan a su administración y se sienten satisfechos con los resultados.
“Mientras los que se oponen al cambio viven aturdidos y desconcertadas, la mayoría de los mexicanos están contentos, feliz, feliz, feliz. El poder es humildad y deber, y no tengo derecho a fallar. Es una dicha enorme vivir en estos tiempos para servir a México”, enfatizó.
López Obrador explicó que en los primeros meses de gobierno es un hecho la separación del poder económico del poder político. Agregó que el gobierno actual representa a todos, ricos y pobres, creyentes y libres pensadores, mexicanas y mexicanos, sin importar su condición económica, su posición ideológica o su orientación sexual.
El presidente de México aseveró que el Poder Ejecutivo ya no interviene en las decisiones del Poder Legislativo y Judicial; tampoco se entromete en las decisiones de órganos autónomos como el Bando de México, la CNDH y órganos electorales; además de que se abstiene de intervenir en la vida interna de sindicatos y partidos políticos.
“Transitando hacia una verdadera democracia, se acabará la vergonzosa tradición de fraudes electorales”, detalló.
Exhorto al Poder Legislativo para aprobar el mecanismo de revocación de mandato, que pretende corregir ineficiencias y malas prácticas, como un control de los mandantes hacia los gobernantes. “Espero que apruebe la reforma constitucional que he propuesto a esta materia”, emplazó.
También se manifestó a favor de eliminar las trabas legales para la aplicación de la consulta popular; así como cancelar el fuero constitucional empezando por el presidente de la República.
Con relación a la clase gobernante, López Obrador sostuvo que su gobierno ha eliminado privilegios y prebendas que disfrutaban funcionarios de alto nivel, mediante una disminución de altos salarios y el fin a la contratación de personal de confianza, a la asignación de oficinas, vehículos, mobiliario y viáticos.
“Se cerraron 51 representaciones de Pro México, porque en ninguna parte existe oficinas Pro Alemania, Pro Francia, etcétera”, añadió.
En tanto, detalló que se eliminaron las pensiones a los expresidentes; así como gastos médicos para altos funcionarios públicos, los cuales representaban 6 mil millones de pesos anuales.
Asimismo, se suprimió la caja de ahorro especial que se financiaba con recursos públicos para servidores públicos, que implicaban 5 mil millones de pesos anuales. Además de reducir en 50 por ciento el gasto de publicidad del gobierno.
“Los servidores públicos tienen prohibido viajar en aviones y helicópteros privados, los cuales utilizaban hasta para ir a jugar golf, eso se terminó”, puntualizó.
El mandatario dijo necesario desechar la obsesión tecnocrática de medirlo todo a partir del crecimiento económico. “Lo fundamental es la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza”, añadió.
“El crecimiento económico y los incrementos en la productividad y la competitividad no tienen sentido como objetivos en sí mismos, sino como un medio para generar el bienestar de la población, el bienestar material y el bienestar del alma”, abundó.
En materia de infraestructura, confirmó que el gobierno federal ha liquidado los bonos y contratos derivado de la cancelación del aeropuerto internacional en Texcoco. “Aún con el costo que implicó abandonar este proyecto fue la mejor decisión”, insistió.
López Obrador dijo que la terminal aérea que se edificaba en Texcoco “habría estado condenada de sufrir constantes hundimientos”. Además de que se evitó la destrucción del lago Nabor Carrillo, que es parte fundamental para la supervivencia de aves migratorias.
“Vamos a resolver la saturación del actual aeropuerto en tres años, en mejor calidad y con un ahorro de 100 mil millones de pesos”, consideró.
El presidente explicó que ya se desarrolla el sistema aeroportuario del centro del país mediante la rehabilitación del aeropuerto de la Ciudad de México; la negociación para que el aeropuerto de Toluca pase a formar parte de manera mayoritaria del gobierno federal y sea potenciado en su uso para vuelos comerciales, aunado a la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles en lo que es hoy la base militar de Santa Lucía.
En estos primeros nueve meses de gobierno, se concluyó además el Túnel Emisor Oriente, que llevó su construcción por más de 10 años, con una inversión de 32 mil millones de pesos, con el propósito de mitigar inundaciones en la Zona Metropolitana de Valle de México. Mientras que se continúa construyendo el Tren Toluca – Ciudad de México.
Destacó que a nivel nacional, alrededor de 10 millones 90 mil estudiantes de todos los niveles académicos reciben algún tipo de beca educativa, lo que representa una inversión de 60 mil millones de pesos.
López Obrador explicó que ya se abrieron 100 universidades públicas, en las cuales ya estudian 39 mil 170 jóvenes.
Mientras que en materia de seguridad pública aseguró que se terminó la guerra de exterminio contra la delincuencia organizada.