Toluca, Edomex. 23 de enero de 2019.- Andrés Manuel López Obrador y Alfredo Del Mazo han logrado sostener una relación política fructífera. Ayer, el presidente y el gobernador convivieron, en una gira compartida, donde se mostraron afectos y arropo mutuos, en lo público y en lo privado. Pese a algunos abucheos contra el priísta, Andrés Manuel pidió mesura, reconocimiento y hasta aplausos al máximo representante del Grupo Atlacomulco en activo. Del Mazo le regresó el gesto al reconocer los programas sociales que emprende el gobierno federal en el estado y la sensibilidad social del primer mandatario del país. Ambos se necesitan para el futuro inmediato.
Es aquí donde las componendas del poder comienzan a exhibirse. El priísmo mexiquense avaló hace algunos días la Guardia Nacional y el nombramiento del Fiscal General del presidente. En los próximos meses, el gobernador necesitará de la mayoría morenista en la Legislatura Estatal para aprobar una nueva Ley del Issemym. Andrés Manuel registró su tercer visita en 53 días de gobierno. Desde julio pasado, fue el sexto encuentro entre Del Mazo y López Obrador. El tabasqueño le reconoció su colaboración al mexiquense. Y lo que falta por ver y por venir.
Alfredo Del Mazo disminuyó sustancialmente su seguridad personal en la gira por Acambay e Ixtlahuaca. El cuerpo de custodia fue discreto para caminar con las mismas condiciones de resguardo de López Obrador. Tan cercanos y accesibles estuvieron ambos, que Alfredo comió con Andrés Manuel en un restaurante de Atlacomulco, sin grandes reflectores.. En el aprendizaje, va siendo momento de que el gobernador dejé la burbuja recomendada de su séquito, y se acerque más a la gente y a la prensa. Ese blindaje mediático heredado por el eruvielato no le ha dejado nada bueno.
Delfina Gómez está presente y cercana. La delegada de los programas sociales acompaña a López Obrador. En la escena, Andrés Manuel no oculta sus afectos y su confianza con la senadora con licencia. El ejercicio del poder público de Delfina es una realidad irrefutable e irreversible. La apuesta política de Andrés Manuel se deposita en Delfina para el futuro. Ella será quien aplique los programas sociales, y quien tenga absoluta ascendencia entre alcaldes y diputados locales.
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El rector de la UAEMéx, Alfredo Barrera Baca heredó un escenario sombrío en lo financiero y hasta en lo institucional. Aquí caló hondo las acusaciones de la Estafa Maestra por servicios subrogados durante el sexenio peñista. Ahora, la encomienda del actual rectorado está en ejercer una absoluta transparencia del ejercicio de recursos públicos. A través de plataformas digitales, la UAEM pretende meter orden a las finanzas de la institución y difundir ampliamente la reducción a compensaciones de personal directivo, la contratación de plazas estrictamente necesarias para fines educativos, la optimización de áreas administrativas, el ajuste en horarios laborales para ahorrar en trabajos especiales, etcétera. Esto le permitirá generar ahorros, cómo los ya obtenidos en 2018 que alcanzaron los 250 millones de pesos.
Otro tema fundamental, inmerso en los nuevos tiempos, es el ejercicio de una auténtica autonomía universitaria. Un reto sustancial que afronta la Máxima Casa de Estudios de la entidad es aplicar la disciplina financiera, el orden administrativo y la disminución de gastos. Si esto lo consolida, la institución universitaria tendrá condiciones de largo plazo para las futuras generaciones que contarán con una universidad pública estatal con viabilidad y reconocimiento.
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