Toluca, Edomex. 24 de diciembre de 2018.- Un error garrafal comete el PRI nacional cuando pretende legitimarse desde la oposición, a través de la defensa de recursos financieros para el campo con la movilización de Antorcha Campesina. En el Estado de México, las huestes antorchistas -brazo ejecutor del priísmo-, ha resquebrajado, una y otra vez, la gobernabilidad de los últimos tres mandatarios: Peña, Eruviel y Del Mazo. Una organización encabezada por Jesús Tolentino Román, que responde a intereses particulares, y ha lucrado con la pobreza durante décadas, desde sus bastiones electorales en la zona oriente del estado.
No es la primera ocasión que Antorcha Campesina se moviliza frente a San Lázaro para exigir dinero público. Lo hizo cuando los priístas mexiquenses presidían la comisión de Presupuesto en el calderonismo. Lo mismo durante el sexenio peñista. Es el modus operandi de un grupo político que actúa al margen de la legalidad. En los últimos días, mostraron su rechazo al gobierno morenista. Los antorchistas denunciaban un presupuesto electoral, mientras exigían presupuesto para su clientela. La incongruencia de lo imposible.
Antorcha Campesina también se moviliza en los municipios. Exige prebendas a los ayuntamientos para sus afiliados: despensas, fertilizante, obras públicas, terrenos, servicios públicos y lo que se ofrezca. Amenazan a alcaldes, organizan manifestaciones masivas, pintan bardas para denostar, reparten panfletos, amagan a funcionarios, convocan a mítines y calientan plazas públicas. La estrategia está dispuesta para salir a las calles a partir de enero próximo, con nuevos gobiernos locales. Su financiamiento es altamente cuestionable.
En 2011, los antorchistas se opusieron a la candidatura delmacista por la gubernatura estatal. Entonces, el movimiento priísta apostó por Eruviel. El divorcio antorchista – eruvielista se dio a la desaparición y asesinato de Manuel Serrano, padre de Maricela. En la historia reciente, el acercamiento de Antorcha con Del Mazo se atribuye a Luis Miranda. Las peores prácticas clientelares prevalecen en torno a este movimiento. El beneficio es para sus dirigentes de siempre.
El próximo primero de enero, Jesús Tolentino Román -dirigente antorchista- se convertirá por tercera ocasión en presidente municipal de Chimalhuacán. Su esposa, Maricela Serrano, será por segunda vez alcaldesa de Ixtapaluca. Ahí han erigido sus principales bastiones electorales y fuentes de financiamiento grupal y personal. Esas son las causas políticas y sociales de Antorcha: el beneficio de sus dirigentes. Muy caro, en lo político y en lo económico, resultará para Del Mazo, la movilización antorchista en San Lázaro auspiciada por el priísmo nacional.
El PRI pretende evidenciar los yerros de López Obrador y recuperar la confianza del electorado en la peor de sus expresiones partidistas. Antorcha Campesina ni siquiera representa a los agricultores. Quienes toman decisiones en el priísmo se equivocan en la estrategia y en las acciones. Antorcha no genera empatía, y sí, implica un repudio de quienes conocen sus formas y sus objetivos. Andrés Manuel y Morena no deben de preocuparse si esa es la oposición a su gobierno.
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