Toluca, Edomex. 24 de enero de 2017.- Josefina Vázquez Mota aparece como la opción más robusta del PAN para ir a la elección de gobernador en el Estado de México. Desde la élite política se hace lo necesario, primero para convencer a la excandidata presidencial y acepte la nominación a la gubernatura; y en un segundo momento, construir un consenso entre el panismo mexiquense en apoyo a Vázquez Mota. Hasta ahora, todo ronda entre la incertidumbre y la especulación.

El primer paso está dado. El PAN desechó la alianza con el PRD, y de paso determinó que la designación directa sea el método de selección de candidato. El “dedazo” panista reservado para la dirigencia nacional obliga a consolidar una candidatura de unidad. Sin embargo, desde el panismo mexiquense hay amplias resistencias para aceptar sin cortapisas a Vázquez Mota como candidata. La militancia mexiquense advierte una afrenta a sus propios cuadros, aunque estos no son los más nuevos, y han enfrentado sistemáticamente la derrota electoral.

A partir de este martes, la dirigencia nacional del PAN realizará una mesa política para delinear las reglas de la selección de candidato. Ahí se espera la asistencia de Ulises Ramírez, José Luis Durán Reveles, Juan Carlos Núñez Armas, Juan Rodolfo Sánchez Gómez y Laura Rojas. Por iniciativa de la dirigencia panista, se ha invitado a Vázquez Mota para que se sume a este diálogo y conocer en definitiva si está interesada en la candidatura a la gubernatura mexiquense. Hasta ahora, esa decisión sigue siendo la principal incógnita.

En paralelo, Ulises Ramírez, hará lo suficiente para presionar a las dirigencias nacional y estatal para que se respeten los estatutos partidistas, y de esa manera forzar a llevar a cabo una consulta a la militancia en la selección del candidato a gobernador. Ulises tiene el control político de las estructuras panistas y con ello tendría asegurada la nominación. Esa posibilidad se ve lejana, más aún con opiniones como la del exdirigente nacional, Germán Martínez, quien considera a Ulises como el candidato de Eruviel, por su vocación a colaborar con el priísmo mexiquense.

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El PRI respira ante la fracasada coalición entre PAN y PRD. Los riesgos de derrota disminuyen, junto con su maquinaria electoral. Con esa suerte, ahora no habrá aspirante priísta que pueda amenazar con irse a una alianza opositora. La final se ha llenado de tensión entre los aspirantes. La decisión en Los Pinos puede ser tomada en las próximas horas, y deberá oficializarse entre los precandidatos con un solo objetivo: tener candidato de unidad. Difícilmente se advierte que alguien pueda oponerse a una decisión presidencial y el futuro político mexiquense.

Las versiones sobre un proceso interno abierto, que le permita al PRI aprovechar los tiempos de precampaña electoral y extender la decisión hasta el mes de marzo son insostenibles. Los aspirantes a la gubernatura y su propio dirigente nacional, han insistido que lo prioritario es la unidad. El peor enemigo de un priísta es otro priísta. Y frente a la desaprobación electoral y el hartazgo social no hay tiempo para provocar fracturas internas. El viernes sólo habrá un registro.

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La posibilidad de que el PRI opte porque una mujer sea la candidata al gobierno del estado, aumenta. La nominación de Delfina Álvarez en Morena y la eventualidad de que Josefina Vázquez Mota sea la abandera del PAN, han provocado que en el PRI se considere seriamente en lanzar a una mujer.

En ese entendido, el tricolor tiene dos fichas: Ana Lilia Herrera Anzaldo, secretaria de Educación estatal y Carolina Monroy del Mazo.

La primera ha tenido una carrera política meteórica. En los últimos diez años ha sido presidenta interina del PRI estado de México, diputada local, presidenta municipal y senadora de la república, así como dirigente nacional del Movimiento Territorial del partido.  Ha ganado en todas las contiendas electorales en las que ha participado y ha sabido responder en  todos y cada uno de sus encargos políticos.

La segunda forma parte de la estirpe priista. Prima lejana del presidente de la república e integrante de la dinastía Del Mazo. Con más de 20 años de carrera política y en el servicio público, Carolina ha pasado por diversos puestos en la administración estatal, ha sido diputada federal, local y presidenta municipal. No obstante, ella ya perdió en una alguna ocasión una elección: en 2003 cuando intentó por primera vez gobernar Metepec. La primera aparece en la parte alta de las encuestas y la segunda en la zona baja.

Así, en el lugar donde se toman las definiciones se sigue explorando sobre la viabilidad de lanzar o no a una mujer y convertirla en la primera gobernadora del estado de México.

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