Toluca, Edomex. 27 de mayo de 2016.- De poco servirá la creación de la Fiscalía General en el Estado de México que sustituya a la Procuraduría General de Justicia si queda como asignatura pendiente el respeto a su autonomía. Ha ocurrido con otros órganos, como el Instituto Electoral, la Comisión de Derechos Humanos y el Instituto de Información Pública, cuyos nombramientos responden a criterios políticos por encima de los técnicos, de capacidades o conocimientos. Es ahí donde está el reto para que la Fiscalía tenga éxito o fracase muy pronto.
Alejandro Gómez Sánchez es un hombre que responde a los intereses de la clase gobernante porque es uno de los suyos. Identificado y cercano a Alfredo Castillo Cervantes, actual titular de la Conade, arribó al Estado de México desde los tiempos en que Alberto Bazbaz encabezaba fallidamente el Ministerio Público de la entidad. El actual procurador mexiquense es un candidato natural a la Fiscalía pero no presenta las mejores cartas, cuentas o resultados. Su nombramiento sería una componenda más a favor de Eruviel Ávila y su mandato.
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La contaminación ambiental es un asunto inacabado para el Estado de México, que por falta de planeación tendrá impactos inmediatos en el Valle de Toluca. En la zona metropolitana de la capital mexiquense se registran altos índices de polución vinculados a diversos factores: tránsito vehicular, zonas industriales, actividad aeroportuaria y otros elementos contaminantes. En el gobierno mexiquense se han encendido las alarmas, que de no atenderse en el corto plazo, las consecuencias serán más lacerantes que en el Valle de México.
Hay mucha distancia de que en Toluca y sus alrededores se cuente con un eficiente transporte público. La actividad industrial difícilmente se desincentivara porque eso afectaría miles de fuentes de empleo. El crecimiento poblacional ha acabado con mucha masa forestal en la última década. La expansión ha carecido de planificación urbana. El reto es abrumador, y los diagnósticos desalentadores, en un desafío que rebasa lo ambiental, para incluir el desarrollo urbano, la movilidad, la coordinación metropolitana, entre otros.
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Tantas es la presión económica que están padeciendo los Ayuntamientos, que el gobernador Eruviel Ávila decidió echarles un tanque de oxígeno a los municipios para otorgarles la posibilidad de resolver sus deudas… adquiriendo más deuda. No obstante, la irresponsabilidad financiera heredada a los actuales gobiernos locales, el gobierno eruvielista fomenta más y más endeudamiento para salir del ahogo contable de decenas de ayuntamientos.
Lo cierto es que poco o nada hace Eruviel y los legisladores para cobrar esos pasivos a quienes endeudaron a los municipios, o deliberadamente desviaron recursos y son responsables directos de esas deudas. El fomento a la impunidad política, de un lastre que no pagan los actuales alcaldes, sino las generaciones futuras de mexiquenses, que deberán pagar las deudas que adquieran los ayuntamientos hasta por un periodo de 25 años. Las componendas del poder al amparo de los gobernados.
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