Toluca, Edomex. 11 de abril de 2016.- El cotilleo político ha comenzado a inundar la opinión periodística de los diversos escenarios sobre posibles aspirantes a la gubernatura mexiquense. Falta poco menos de un año para el arranque de las campañas electorales, pero la efervescencia electoral ya ha acelerado a más de uno de los precandidatos, quienes deben tener clara una premisa, que esta carrera no es de velocidad sino de resistencia. Al final, las consideraciones son popularidad, rechazo, eficiencia y hasta el grupo político que lo respalda.

Entre los seis o siete nombres que aparecen en la lista de aspirantes, la mayoría corresponden al grupo político formado por Arturo Montiel durante su sexenio. El montielismo goza de políticos encumbrados, lo mismo en el gobierno federal, que en el Senado de la República y en el PRI mexiquense. El exgobernador caído en desgracia por su riqueza patrimonial cuenta con una amplia baraja, que le da mucha certeza sobre el próximo candidato priísta, a menos que se atraviese en su camino el joven Alfredo del Mazo, a quien hace cinco años descarriló de la contienda, para imponerle a Eruviel.

La supervivencia de Montiel y los suyos, implica su capacidad para reinventarse, pues a pesar de haber pasado ya dos sexenios, sigue como el grupo político más visible e influyente. Montiel se ha comenzado a ver en privado con cada uno de los precandidatos de su redil. Hasta ahora no se ha inclinado por ninguno, aunque con todos mantiene una amplia cercanía. Muchos de sus excolaboradores más íntimos, trabajan muy vinculados con quienes aspiran a la candidatura. Se trata de un grupo amplio, diverso y compacto entre sí.

En una especie de Maximato, a Montiel le interesa influir en la toma de decisiones del próximo candidato priísta, pero particularmente que se le reconozca su nivel de injerencia. La decisión del abanderado del PRI podría emerger desde Los Pinos, o bien desde unas oficinas ubicadas en Carmen Serdan en la capital mexiquense. En lo que coincide la clase política mexiquense, es que la definición será casi imposible salga de las oficinas de Lerdo. La razón es muy simple: Eruviel no tiene un candidato fuerte, pero sobre todo, si quiere participar en la contienda presidencial no puede imponer o decidir la sucesión mexiquense.

A propósito de los precandidatos priístas, mucho se especula sobre la influencia que tienen los exgobernadores en el ungimiento del candidato a gobernador. En esa suerte de definiciones, es muy sintomático, que el otrora poderoso Emilio Chuayffet parece no tener un delfín político para inferir en quien será el sucesor de Eruviel Ávila. Tras su penosa salida de la secretaría de Educación Federal, no sólo fue desterrado junto con su grupo político del gabinete peñista, sino que se advierte en la orfandad sucesoria de la gubernatura mexiquense.

Ernesto Nemer, quizá el más cercano a sus afectos, se encuentra en la segunda línea de aspirantes a la gubernatura. Ha tratado de recuperar tiempo perdido, con pasos largos pero desesperados desde la Profeco. Lo cierto es que desde hace meses, corre la sospecha de un distanciamiento entre Nemer y Chuayffet, por lo que ni siquiera Emilio metería las manos por Ernesto. La mejor estrategia por ahora, entre quienes aspiran, sería acercarse a Chuayffet para concitar un mayor número de apoyos en la hora decisiva.

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El pasado viernes, en el auditorio del Instituto Electoral del Estado de México, el observatorio periodístico, Marcaje Legislativo ofreció una ponencia reveladora sobre la opacidad en la que se manejan los partidos políticos del estado y a nivel nacional. La periodista Violeta Huerta ofreció datos de cuántas obligaciones incumplen los partidos en materia de transparencia y la poca disposición que existen de los institutos políticos a transparentar su actuar. No sólo se trata de saber qué hacen con los recursos públicos que reciben cada año, que son muchísimos,   sino quiénes los integran, cómo se conforman sus órganos directivos,  y cuáles son los tareas que realizan para fortalecer la vida democrática del país.

Son los propios integrantes de los partidos,  los encargados de hacer las leyes de transparencia y rendición de cuentas a través de sus legisladores, pero también son los primeros entes en incumplirla. Para mayores datos visite el sitio www.marcajelegislativo.info

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