Toluca, Edomex. 10 de marzo de 2016.- A pesar de la emergencia invernal de las últimas horas, el Estado de México puede contar con un saldo blanco entre la población mexiquense. Los daños materiales pueden ser contabilizados como parte del anecdotario y la viralización de las redes sociales por compartir lo inédito y lo sorprendente. En general, por el tamaño de las lluvias, los vientos y el intenso frío, lo peor de la emergencia todavía no se supera en su totalidad.

El gobierno mexiquense puso y dispuso gran parte de su personal en alerta máxima. Los gabinetes regionales recorrieron desde muy temprano las zonas geográficas de mayor vulnerabilidad. Las autoridades municipales tuvieron también sus primeros desafíos. Salvo contingencias menores, la primera prueba fue superada para quienes pudieron contar como parte de sus primeros 100 días una emergencia indeseable. El transcurso de las próximas 24 horas será definitivo.

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En la UAEM, la disputa por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales ya inició, aunque un tanto desigual. Marco Cienfuegos arrancó una campaña propia de un cargo de elección popular. Desplegó una Fan Page a través de Facebook, una página web con su perfil político. Rasuró de su curriculum su trayectoria al cobijo de Pepe Martínez Vilchis. Sin embargo, está claro que para Cienfuegos origen es destino, en ésta y las batallas por venir.

La comunidad de Ciencias Políticas siempre ha sido una de las más influyentes al interior y exterior de la Máxima Casa de Estudios mexiquense. De aquí han salido rectores, consejeros electorales, diputados, alcaldes y hasta secretarios del gabinete estatal. Formadora de hombres del régimen político. El curso que tome la sucesión en Ciencias Políticas podría marcar el futuro sucesorio del actual rector, Jorge Olvera García.

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A propósito de las autoridades municipales, sería deseable que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México fuera escrupulosa en los procesos de renovación de los defensores de derechos humanos locales. La posición autónoma que debiera guardar tal figura en los ayuntamientos, muchas veces se ve contaminada como una posición política del reparto del poder, quitándole capacidad de gestión y espacios de libertad en la defensa de las garantías individuales.

El mayor perjuicio cuando se vulnera la autonomía de los defensores municipales de los derechos humanos es la ciudadanía, ante la incapacidad por respetar sus libertades y evitar cualquier abuso de autoridad. La autonomía municipal no debe entenderse como un ejercicio del poder autoritario, para insertarse en la colaboración institucional que garantice el adecuado funcionamiento de la administración pública.

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