Toluca, Edomex. 10 de agosto de 2015.- Las obras de infraestructura que se desarrollan en el Estado de México son en su mayoría privadas o de gobierno federal. A pesar de progreso que se pregona trae consigo carreteras, vialidades y otros esquemas de urbanización los problemas que acarrean son irreversibles. El derribo de miles de árboles que se evidencia cada vez con mayor fuerza en la carretera México – Toluca es por ahora irrefrenable con todo y la intención de plantar arbustos en partes aledañas. La afectación ya nada la recompone de origen.
Eso no es todo lo que ha venido a afectar la actual construcción de la autopista La Marquesa – Lerma. En el tramo carretero más inseguro de la zona centro del país, por la ocurrencia de accidentes viales y víctimas mortales, se han eliminado algunas rampas de frenado para dar paso a la nueva autopista. Pero no hay claridad sobre las acciones para amortiguar el daño ocasionado. Tampoco se han desarrollado tareas para crear nuevas rampas de frenado.
También se atenta contra los tiempos de traslado, de quienes insufriblemente tienen la obligación de transitar por la carretera México – Toluca, lo que ha generado que las cargas vehiculares dupliquen o tripliquen la duración por un trayecto de 15 a 20 kilómetros. Además, las cargas vehiculares que hoy se advierten en esa carretera, conlleva a una profunda contaminación atmosférica. En ese esquema, la empresa constructora tampoco hace nada por solucionarlo.
A esta condición, se debe considerar la muy próxima construcción del tren México – Toluca. El mismo trayecto, aunque con otra ruta, también tendrá por largos periodos afectaciones a los automovilistas. Más y más daños ambientales que parecen importar muy poco al gobierno para invisibilizar los reclamos sociales. El progreso como moneda de cambio para el crecimiento de la mancha urbana sobre la ruralidad tan necesaria.
Lo mismo pasa en la autopista Toluca – Naucalpan. A pesar del rechazo comunitario, parece que nada va a impedir la edificación del proyecto carretero de Juan Armando Hinojosa. El desarrollo como condición para arrebatar bosques, imponer decisiones y vulnerar las tradiciones y resistencias culturales. Se minimiza o nulifica la protesta social. En su toma de decisiones democrática, la élite gobierno administra e impone sus intereses ante todo y frente a todos.
Ahora que el gobierno mexiquense se encuentra estrenando secretaría de Infraestructura, sería deseable que más allá de la cuestión financiera, los asuntos técnicos y los temas de dinero, buscará canales de comunicación para supervisar e incidir en una infraestructura urbana con alta responsabilidad social.
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