Redacción
Toluca, Edomex. 6 de octubre de 2014.- El encuentro de la unidad estuvo marcado por las grandes ausencias. En un evento que representó el banderazo de arranque rumbo a los comicios de 2015, el gobernador Eruviel Ávila Villegas y el dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, arengaron la fuerza del priísmo mexiquense como un bastión electoral que rendirá dividendos al proyecto político del presidente, originario de Atlacomulco, Enrique Peña Nieto.
Desde muy temprano, decenas de camiones se trasladaron hasta la sede estatal del PRI para movilizar a la militancia, que acostumbrada al “acarreo”, arribaron a la llamada de Plaza de la Unidad, para lanzar consignas, echar porras, tocar tambores y sonar matracas.
En las inmediaciones del partido, los camiones que trasladaban a la militancia tomaron los carriles de vialidades primarias como estacionamiento. Los ríos de gente se desbordaban para acceder al edificio del priísmo local. Los invitados especiales arribaban en las camionetas de lujo, con acceso exclusivo hasta el estacionamiento de la sede del tricolor en la entidad.
Pese al llamado a la unidad, fue notorio el ausentismo de la clase política del Valle de Toluca. Los exgobernadores Alfredo Baranda, Ignacio Pichardo y el propio César Camacho contrastaban con la falta que hicieron los exmandatarios Alfredo del Mazo, Emilio Chuayffet y Arturo Montiel, los de mayor influencia e injerencia en la vida política de la entidad durante los últimos veinte años.
De los exprecandidatos a la gubernatura en 2011, en la primera fila estaban Alfredo del Mazo Maza y Ricardo Aguilar Castillo. En contraste, no asistió el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, mientras que Ernesto Nemer mostraba sus prioridades a través de twitter: “Hoy recibimos a @cuauhtemocb10 y al Puebla. Les ganaremos 3-1. #DiablosTwitteros”, escribió el metepequense, que por cierto, erró en su pronóstico deportivo.
Entre los presentes, la más activa era la senadora priísta, Ana Lilia Herrera Anzaldo, que acaparó la solicitud de selfies por parte de la militancia. Otro que buscó un acomodo en primer plano fue José Manzur Quiroga, secretario general de gobierno, acompañado de Aarón Urbina, el presidente de la legislatura mexiquense. Debajo del templete, aparecía el gabinete estatal para no acaparar la atención en el evento de los priístas. Asimismo, ahí se distinguían delegados federales como José Luis Velasco Lino y Silvia Fernández Martínez.
También en el presídium, la senadora del partido Verde, María Elena Barrera Tapia, y los diputados federales, Alberto Curi y Miguel Sámano Peralta, entre otros. En la escena reapareció Carlos Rello, muy cerca de la alcaldesa de Toluca, Martha Hilda González.
El gobernador, Eruviel Ávila apostó por la improvisación de su discurso, para agradecer a la militancia la recepción en lo que denominó su regreso a casa, en el mismo sitio en el que registró su candidatura a gobernador en marzo de 2011, y donde en abril de ese mismo año rindió protesta como candidato priísta.
Ávila presumió los avances que ha dado su gobierno, pero particularmente fue benevolente con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, a quien reconoció un amplio apoyo a su tierra natal, el Estado de México.
Confió en que las reformas estructurales impulsadas por el Gobierno de la República le darán un impulso transformador al país, que se reflejará en un futuro mediato.
“El Estado de México es la entidad que más becas otorga en todo el país, la que más universidades ha creado en estos tres años, además de ser el estado que más vacunas, consultas, y exámenes médicos aplica a la población, siendo el más atractivo para la inversión a nivel nacional e internacional”, subrayó Ávila, aunque omitió que también es el estado de mayor índice delictivo y de los punteros en indicadores de desempleo, corrupción y analfabetismo, entre otros lastres que también padece la entidad que gobierna.
En tanto, el dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz llegó a la sede priísta con un discurso estructurado, con amplias figuras retóricas para aplaudir la política social de Eruviel Ávila y la transformación del país que impulsa el mexiquense Enrique Peña Nieto desde Los Pinos.
El exgobernador de la entidad expuso que en la reciente solicitud de consulta ciudadana realizada por el PRI nacional, el Estado de México recabó en menos de tres semanas, cerca de 800 mil firmas, lo que deja de manifiesto el músculo político de su militancia y la capacidad de convencimiento, movilización y convocatoria de frente a las elecciones del año entrante.
Desde ahora y desde aquí, Camacho Quiroz vaticinó un triunfo electoral contundente para el PRI en los comicios intermedios, donde en los corrillos políticos ha trascendido que el exalcalde de Metepec buscará convertirse en diputado federal y coordinador de los priístas en San Lázaro.
“Vamos a ganar y no será producto de la casualidad, porque estamos construyendo el triunfo, porque a lo largo y ancho del estado hay un partido vivo, que renueva estructuras y pone al día los postulados que nos han heredado”, acotó un envalentonado César Camacho, que desfiguraba su rostro mientras se desgañitaba en su alocución desde el templete.
Sin mayores emociones y en menos de una hora, Eruviel Ávila y César Camacho despacharon un evento que se escurrió en un intento por contagiar la euforia necesaria en la víspera electoral.
Al final, la militancia que esperó hasta cuatro horas el inicio del evento, debió regresar con premura en los mismos camiones que los trasladaron desde sus lugares de origen en Neza, Ecatepec, Coacalco, Tultitlán y Nicolás Romero, y que ya se han alistado para el proceso electoral del año próximo.
