Redacción
Cuautitlán Izcalli, Edomex. 3 de julio de 2014.- En una acción coordinada entre el gobierno federal y el del Estado de México este jueves dio inicio el operativo para decomisar máquinas tragamonedas que se ubican en diversos establecimientos comerciales en la entidad sin tener permiso para ello. Las autoridades hicieron recorridos por esta demarcación, Tecámac y Villa Victoria donde aseguraron 130 de estos aparatos.
Los operativos son encabezados por la Secretaría de Gobernación, responsable del regir la actividad de juegos y sorteos en el país y son apoyados por personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del estado, la Procuraduría mexiquense, la Procuraduría General de la República y la Comisión para la Prevención de Riesgos Sanitarios de la federación y el estado.
Estas acciones se realizarán a lo largo y ancho de todo el país, pero se decidió iniciar con el combate a esta actividad ilícita en el Estado de México pues se estima que aquí operan más de 20 mil máquinas tragamonedas ilegalmente.
En Cuautitlán Izcalli, se informó en un comunicado, se aseguraron 62 máquinas y se clausuraron cuatro establecimientos que se dedicaban exclusivamente a la operación de máquinas tragamonedas. En Tecámac se decomisaron 32 aparatos, pero no se cerraron establecimientos y en Villa Victoria se aseguraron 36 máquinas sin la clausura de negocios.
Las máquinas tragamonedas se ubican comúnmente en lonjas mercantiles, farmacias, mercados, papelerías, donde niños y jóvenes pueden ser fácilmente enganchados.
La Secretaría de Gobernación informó que estas acciones responden a una demanda de padres de familia que han solicitado el retiro de estas máquinas. «Las máquinas tragamonedas representan una fuente de corrupción de menores y su uso una adicción que abre la puerta a la delincuencia» dijo la dependencia, pues la adicción a estos juegos por parte de los menores de edad puede implicar deserción escolar, acompañada de actos de violencia con el propósito de obtener dinero, además de que genera una falsa expectativa de obtener recompensas económicas sin hacer mayor esfuerzo, agregó.
Los aparatos, de origen chino, principalmente han entrado al país sin contar con registro de la autoridad. Una vez decomisadas, se almacenan unas semanas y después se procede a su destrucción total.