Toluca, Edomex. 30 de mayo de 2014.- Pensar que el simple cambio de personas en el gabinete de Eruviel resolverá el estado de cosas y deficiencias resultar inverosímil. El acotarle poder al mandatario mexiquense es meramente un asunto político que transita por la necesidad de recuperar el terreno electoral que parece perdido para la contienda intermedia del año entrante. La cifra más halagadora sitúa al PRI en obtener la victoria en poco más de 70 municipios.

Imaginar que un cambio en la dirigencia del PRI es la panacea para revertir las adversidades es una invención del fuego amigo que busca defenestrar a Raúl Domínguez que simplemente se sostiene con alfileres. El líder priísta, es cierto, busca una salida decorosa, algunos lo colocan al frente de una secretaría en el gabinete estatal, otros más como líder del sindicato obrero de la CTC que por muchos años ha estado en poder de Leonel Domínguez Rivero. Lo que muchos anticipan es su inminente remoción.

El verdadero jefe de gabinete en el eruvielismo nunca lo fue Isidro Muñoz Rivera, y claro está que tampoco lo será Indalecio Ríos. Erasto Martínez, el poderoso secretario de Finanzas estatal actúa como un vicegobernador. Esa siempre influyente oficina, rememora la influencia que antes tuvieron Luis Videgaray en el mandato de Enrique Peña, y de Luis Miranda en la etapa final de Arturo Montiel. Hoy Erasto coordina, instruye, comanda y evalúa. Es un comandante en jefe que deberá adecuarse a los nuevos integrantes del gabinete.

Es difícil pensar que los colmilludos José Manzur y Arturo Osornio se sujetarán a las órdenes del originario de Oaxaca. Indalecio sólo será testigo presencial de la pugna por el poder. El mayor encono podría derivar cuando vengan los procesos de selección de candidatos del año entrante. La consigna está registrada en Los Pinos y por eso los ajustes responden a tomar el control de las decisiones.

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El próximo 7 de junio se celebra en México el Día de la Libertad de Expresión. La fecha resulta simbólica para quienes ejercen el periodismo en el país. En la Universidad Autónoma del Estado de México han cambiado de lugar la estatua a la libertad de expresión antes ubicada en la Biblioteca Central, pero recién se ha instaurado a un costado del auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, donde se imparte la licenciatura en Comunicación. Un acierto.

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