No es la primera vez, y parece que tampoco la última. El gobierno priísta que encabeza Martha Hilda González Calderón negó prestar la Plaza de los Mártires para un evento que encabezaría Andrés Manuel López Obrador en la conformación de su Morena. Sin argumento sólido alguno, la alcaldesa de Toluca, evitó que el tabasqueño usara el zócalo de la capital mexiquense para arremeter en contra de Enrique Peña Nieto. Se impuso la intransigencia política del partido en el gobierno.
Ya en 2011, la hoy senadora María Elena Barrera Tapia, evitó un acto proselitista que encabezó Marcelo Ebrard, quien se pronunció a favor de la alianza opositora entre PAN y PRD para competir por la gubernatura. En aquella ocasión, Marcelo instaló un templete improvisado en la calle de Lerdo, y cerró el tránsito vehicular. Pero María Elena no le dio gusto de que Ebrard usara la plancha del centro histórico para lanzar sus arengas.
Todavía en 2012, le negaron la Plaza a López Obrador en tiempos de precampaña. Entonces, recularon, y el líder de la izquierda política pudo hacer su mitin en el lugar. Y en este año, volvieron a las andadas. Hoy, la Plaza de los Mártires está cercada por policías, ha dejado de ser un espacio público, sólo usado para eventos gubernamentales, cívicos, o las sorpresivas e invasivas marchas de Antorcha Campesina.
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Las administraciones municipales pasadas, no sólo dejaron una profunda crisis financiera, y deudas públicas que hipotecaron el futuro inmediato. También arrojaron un desastre en el manejo de los recursos. Que se pongan a temblar alcaldes y tesoreros de aquellos municipios de mayores complicaciones. La lista la encabezan Naucalpan y Zinacantepec, pero se podrían extender a Atizapán de Zaragoza, Coacalco, Lerma, Ocoyoacac.
Es ahí el reclamo de las clases medias a una eventual reforma hacendaria. De nada sirve pagar impuestos, si van a acabar en una malversación de recursos o en el manejo por demás opaco que ejecutan los ayuntamientos. Sobradas razones tienen para resistirse a pagar mayores contribuciones, o padecer de más carga impositiva. Primero hay que limpiar la casa, y hacer más eficiente el presupuesto ya existente. Después discutir más impuestos.
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El pasado sábado, el mexiquense Héctor Guevara Ramírez, actual Coordinador General de Modernización y Vinculación Registral y Catastral de la Sedatu, mostró el músculo con motivo de su cumpleaños, donde logró reunir a personajes como los alcaldes de Coacalco y Tlalnepantla, David Sánchez Isidoro y Pablo Basáñez; el subsecretario de Sagarpa, Arturo Osornio; Carlos Flores Rico actual funcionario de la CFE y Aarón Evangelista, director de registro y catastro. Con bajo perfil, pero sigue tejiendo fino el hoy funcionario peñista.