Redacción
En una colonia popular, ubicada en el cerro de San Sebastián del municipio Ixtapaluca, ayer fueron localizados cinco cadáveres de hombres jóvenes con el tiro de gracia. Sus agresores les habrían privado de la vida ahí mismo, según escucharon vecinos por la madrugada, quienes al esclarecer se sorprendieron con el hallazgo de los cadáveres tirados en plena calle.
Para la mala fortuna de los mexiquenses estas situaciones ya no son hechos aislados, como hasta hace unos años justificaban las autoridades, quienes negaban la posibilidad de que la violencia en la entidad llegaría a los niveles que se registra en estados del norte del país, producto de las disputas entre grupos del narcotráfico.
La violencia en la entidad no sólo se ha incrementado, se ha recrudecido y la presencia de grupos del crimen organizado, específicamente del narcotráfico es más que evidente. Las muertes de ayer, tienen todas las características de haber sido perpetradas por sicarios de estos grupos organizados.
La realidad poco a poco se refleja en las cifras de las propias autoridades. Las estadísticas que maneja el Sistema Nacional de Seguridad Pública reflejan un incremento en el número de homicidios donde se hizo uso un arma de fuego. Aunque no todas se pueden ni deben tomar como ejecuciones, si son la mayoría, pues, en general, son los integrantes de grupos del crimen organizado quienes poseen los recursos y la capacidad para acceder al armamento.
En este año, la Procuraduría General de Justicia del estado de México ha reportado al Sistema Nacional de Seguridad Pública que de enero a junio se han iniciado 587 carpetas de investigación por el delito de homicidio donde se activó un arma de fuego.
Es preciso explicar que no se trata de los 587 homicidios registrados, sino que el número de muertes causadas por disparo de arma de fuego pueden ser mucho más, porque existen casos, como el de ayer en Ixtapaluca, donde se inicia un expediente por la muerte de cinco personas.
El incremento en el número de ejecuciones y de muertes violentas por arma de fuego es innegable. Bastaría con revisar las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública, quien refleja que en el mismo periodo (enero-junio) pero del 2010, se reportó el inicio de 349 actas por homicidio donde se activó un arma de fuego, es decir, 238 averiguaciones menos que las registradas este año.
Si se toma como referencia que por cada carpeta que se inicia en la Procuraduría se contabilizara a solo una persona, estaríamos en el entendido de que cada mes, mueren, de menos, cien personas por disparo de arma de fuego en la entidad.