Redacción
Fueron más de siete horas de pesadilla las que vivieron miles de mexiquenses que habitan y trabajan en la capital del estado. Varias avenidas, calles y plazas fueron tomadas, literalmente, por el movimiento antorchista, quien volvió a movilizar a sus huestes para demostrar al gobierno del estado de lo que es capaz, si es que no le cumplen los compromisos asumidos.
Este martes, miles de agremiados a esta organización filopriísta fueron acarreados en más de 600 autobuses desde diversas partes de la geografía estatal a Toluca. En su mayoría provenían de los cinturones de miseria de Chalco, Valle de Chalco, Ixtapaluca, Ecatepec, y la emblemática Chimalhuacán, donde el movimiento antorchista ha montado su cacicazgo.
A diferencia de otras movilizaciones que tienen como destino Toluca, a los antorchistas nadie les molesta ni les impiden el paso a la capital. Sólo les vigilan a lo lejos.
Para este martes, la policía estatal montó un operativo con más de mil efectivos que tuvieron la encomienda de hacer cortes viales y agilizar el tránsito en las reducidas calles del municipio. Sobra decir que fueron rebasados, porque no hubo manera de impedir que la ciudad se desquiciara por horas por el arribo de casi 20 mil antorchistas.
La llegada de los contingentes inició pasadas las once horas justo en la entrada de la ciudad, donde entronca Tollocan con Avenida Hidalgo. Conforme bajaban de los autobuses, los antorchitas eran instruidos a caminar poco más de dos kilómetros hasta llegar al centro de la ciudad. Muchos cumplieron, pese a cargar con el hijo, la hija o el nieto, o bien con la mamá o el papá ya de la tercera edad.
“Hay que venir, no queda de otra”, admitió resignada una señora de Chalco que tuvo que traer a sus cuatro hijos y a su suegra de 75 años. Elena, como miles de antorchistas más, no sabía a ciencia cierta a que venía a Toluca. Sólo sé que venimos a protestar contra Eruviel, replicaba.
Durante cuatro horas no paró el arribo de autobuses a la ciudad. Los últimos prácticamente no encontraron lugar para estacionarse, sino sobre las laterales de Tollocan o los carriles centrales de Avenida Hidalgo.
A muchos, les quedaron ganas de caminar después de sortear un camino de más de 4 horas, desde el oriente del estado. Muchos se quedaron en la explanada de las Torres Bicentenario. Otros más llegaron al objetivo, frente a Palacio de Gobierno. Miles se dispersaron por la Alameda o la plaza González Arratia, por el parque España o en la explanada del Teatro Morelos y en el pequeño parque de Sor Juana.
Al final, en sus aparatosas camionetas y escoltados por autos de seguridad llegaron los dirigentes encabezados por el ex presidente municipal de Chimalhuacán y actual diputado federal, Jesús Tolentino Román Bojórquez, quien tomó el micrófono para lanzar consignas contra el gobernador Eruviel Ávila, a quien le advirtieron que volverán el próximo 5 de septiembre con más gente, si sigue sin cumplir los 91 compromisos adquiridos con la organización durante su campaña electoral.