A últimas fechas, las presidencias –supuestamente honorarias- del DIF a nivel municipal, se han convertido en un escaparate político para impulsar trayectorias personales de familiares de los alcaldes. Apenas en la administración pasada ocurrió con Irazema González hoy convertida en diputada federal por Naucalpan. Otro caso fue Adelaida Jiménez Padilla –ex candidata del PAN a la alcaldía de Zumpango- que salió derrotada de la pasada elección de julio.
Ahora parece que las actuales alcaldesas de Toluca y Metepec buscan repetir la hazaña. En la capital mexiquense, Martha Hilda González Calderón nombró a su hermana Diana Elisa, como presidenta del DIF municipal en Toluca. Desde esa posición pública tendrá, sin duda, una proyección política envidiable para alguien que al amparo del parentesco con la edil le permitirá tener el manejo de programas sociales y de un contacto mayúsculo con los sectores vulnerables
Otro caso, de necesario análisis, ocurre en Metepec. En la ciudad del barro, Carolina Monroy del Mazo, nombró como presidente del DIF municipal a Ernesto Nemer Monroy. El joven que no rebasa los 20 años, es hijo de Ernesto Nemer –subsecretario de Desarrollo Social- y de la propia alcaldesa. Nemer Monroy arrancará de esa manera –bajo el cobijo de la familia- su carrera política al frente del DIF de Metepec, quien encabeza la organización “Chaviza” en el PRI estatal.
——-
En años, las deudas heredadas por los Ayuntamientos salientes y el saqueo de las instalaciones a las oficinas municipales simplemente no tiene precedente. Hasta entre los más añejos políticos se muestran sorprendidos de que en algunos casos se llevaron hasta los focos de los despachos. No hubo recato pero lo más crítico del caso es que muy probablemente tampoco habrá castigo. Un muy mal precedente.
La Contraloría Interna del Poder Legislativo y el Órgano Superior de Fiscalización están atados de manos, sujetos en gran medida a acuerdos cupulares que encubren a delincuentes de cuello blanco. Tan malo el pinto como el colorado, en la materia de manejos financieros irregulares, no hay partido político que se salve. La impunidad prevalece lo mismo para el peculado que el nepotismo.
El priísta Salvador Montoya Moya, alcalde de Teoloyucan, ha refrendado su compromiso de campaña para donar su salario y que sea destinado a las principales necesidades del municipio. La medida es más radical respecto de las medidas anunciadas en diversos ayuntamientos de la entidad, donde se ha anticipado la reducción de los salarios de altos mandos para hacer frente a deudas municipales.