Luis Miranda Nava parece el candidato natural para ocupar la subsecretaría del interior que anticipa crear el gobierno de Enrique Peña Nieto. El compadre del Presidente electo trabaja desde hace meses en el diseño de la seguridad pública, la prevención del delito y labores de inteligencia política en el equipo de transición. La nueva subsecretaría dependerá de la Secretaría de Gobernación, y absorberá todas las funciones, facultades y capacidades de la Secretaría de Seguridad Pública que hoy encabeza Genaro García Luna.
Aunque algunas voces sugerían que Miranda asumiría la dirección del CISEN, con la gendarmería del interior, Luis encabezará todo en uno. El ex secretario general de gobierno de la entidad estará a cargo de la Policía Federal, el aparato carcelario, los sistemas de inteligencia; en síntesis, coordinará el sistema nervioso del gobierno federal. Lo que se diseña con la nueva subsecretaría es un traje a la medida del compadre del Presidente electo.
El perfil de Miranda no es conciliador. Su vocación está en la investigación política y la operación policíaca. Cuando fue secretario de gobierno en el estado comandó la Agencia de Seguridad Estatal. Hizo sentir su peso, no por medio del diálogo sino en el ejercicio del poder. Los malpensados ya advierten que Luis Miranda se convertirá en el corto plazo en una piedra en el zapato del titular del Palacio de Covián que apunta hacia Miguel Ángel Osorio Chong.
A propósito de asuntos de seguridad, quien ya parece distante del círculo peñista es Salvador Neme Sastré –actual secretario de seguridad mexiquense-; al igual que Benito Neme –coordinador jurídico durante la campaña presidencial-. Los hermanos Neme, originarios de Tabasco, parecen alejados de las decisiones y afectos peñistas luego de la dolorosa derrota de Jesús Alí de la Torre, quien compitió por el PRI la gubernatura tabasqueña.
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Los sectores más conservadores del PAN están por cerrar filas en torno a una noble causa. Se trata de cerrarle el paso a Ulises Ramírez y su intento por imponer a su delfín Oscar Sánchez Juárez como dirigente estatal del panismo. Es tanta la animadversión acumulada, que Ulises ha logrado lo inimaginable, donde todos los grupos políticos se unirán pero en su contra. El más beneficiado es Jorge Inzunza Armas, empujado por los liderazgos más doctrinarios y pertenecientes al Yunque para recuperar los espacios perdidos.
Los ex dirigentes estatales Víctor Guerrero González, Astolfo Vicencio Tovar, Javier Paz Zarza, Noé Aguilar Tinajero, José Luis Durán Reveles, Francisco Garate Chapa y Juan Carlos Núñez Armas; así como el ex presidente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena están con Inzunza, pero sobre todo, en rechazo absoluto a la influencia de Ulises y sus intenciones de perpetuarse por interpósita persona en el control del partido, y sus migajas de poder.
