Toluca, Edomex. 29 de enero de 2018.- Con la candidatura de César Camacho Quiroz al Senado de la República, pareciera que el PRI del Estado de México está haciendo todo lo posible por perder. El exgobernador mexiquense acumula un descrédito personal y amplios escándalos políticos, ya sea por sus relojes de lujo y sus conflictos de interés en los negocios del poder. Pese a todo, Camacho operó lo necesario para recibir la unción desde Los Pinos, y ser candidato a senador. Vendió caro su tarea en las reformas estructurales, primero como dirigente nacional del PRI, y después como coordinador de los priístas en San Lázaro. Camacho aun perdiendo puede ser senador por primera minoría como ya le ocurrió con la derrota catastrófica del año 2000.
Eruviel Ávila fue desplazado cuando ya se sentía como candidato a senador por mayoría. Ahora, la única esperanza del exmandatario mexiquense descansa en ser inscrito en la lista de senadores plurinominales. Ávila no sufre de persecución política como otros exgobernadores priístas, sin embargo, desde el peñismo no le perdonan las derrotas electorales de Ecatepec y Tecámac de los comicios de gobernador. El vicecoordinador de la campaña de José Antonio Meade busca fuero, pero las oportunidades electorales se le reducen día con día.
Nadie debe poner en duda la influencia que ejerce Luis Videgaray sobre los asuntos políticos del Estado. La candidatura de Alejandra del Moral favorece al grupo político del canciller. Del Moral se ha ganado la confianza de Videgaray, pero en la más reciente elección, relegó al PRI a la segunda fuerza electoral. En lo personal, logró imponerse a las especulaciones que daban ventaja a Carolina Monroy y Laura Barrera para ser candidatas a senadoras. Alejandra deberá ganar la elección, o de lo contrario quedará marcada con el fracaso electoral.
En el registro de precandidatos de diputados federales priístas hubo pocas sorpresas. La clase gobernante apostó por el reciclaje. Los peñistas: Ricardo Aguilar y Héctor Velasco buscan los distritos de Jilotepec y Atlacomulco. Ahí también se enlistan Eduardo Zarzoza, Francisco Fernández Clamont, Adolfo Solís y hasta el eruvielista, Cruz Roa Sánchez. Por Huixquilucan -enclave delmacista-, se inscribió Isabel Sánchez Holguín, directora del DIF municipal con David Korenfeld y regidora en la gestión de Adrián Fuentes.
En Toluca, la élite política logró imponerse en todos sus registros. Omar Velázquez, exlíder del sindicato de burócratas y actual diputado local, alcanzó una de las nominaciones a diputado federal. La otra candidatura favoreció a la dinastocracia, en manos de Pepe Ozuna, regidor en la administración de Martha Hilda González Calderón y hasta el jueves, dirigente municipal del PRI toluqueño. Su mayor mérito: ser hijo de Alejandro Ozuna, secretario general de gobierno de Alfredo del Mazo.
Esta semana quedarán definidas las planillas de los 125 ayuntamientos. Las candidaturas del priísmo estarán amarradas. Ahora es cuando comienza el reclutamiento de la oposición, sobre aquellos resentidos, reprimidos y renegados que no fueron ungidos por el partido en el poder.
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