Redacción

Toluca, Edomex a 6 de julio de 2017.- Uno de los delitos que se ha vuelto más frecuente en el Estado de México es el robo a transporte público y los usuarios de este servicio aseguran que el nivel de desconfianza, a la hora de abordar alguna unidad, aumenta con cada hecho que sale a la luz pública o vive de manera directa.
Esto ha provocado que la gente no se sienta segura al subirse al camión, sin importar la línea o la ruta, ya que como menciona Eva Mondragón, usuaria frecuente, hay mucha inseguridad en los autobuses, por lo que al subirse procura esconder sus cosas para evitar que la asalten.
Tanto en unidades de transporte público locales como foráneas, los asaltos se han convertido en una constante, sobre todo en las comunidades semiurbanas y en horarios de poca luz, ya sea por la mañana o en la noche, situación que ha obligado a los pasajeros a tomar medidas precautorias .
Los pasajeros no se sienten conformes, además de tener que esconder sus pertenencias, les molesta que se suban los vendedores ambulantes pues de igual manera creen que alguno de ellos pueda ser un asaltante.
«En cualquier momento se puede subir alguien y luego como uno va durmiendo en cualquier momento pueden atorarte…» argumentó Said, usuario.
Al mismo tiempo Alejo López, usuario, argumentó “Un camión que iba para la terminal, se subió un señor todo sospechoso, el camión iba lleno, se sentó cerca de mí, sacó una navaja me pidió el celular, todos se sacaron de onda y el chofer no hizo caso, después se paró pidió varias cosas le quitó su dinero y se bajó y de ahí no paso”. Esto ocurrió aproximadamente a las 6 de la tarde.
En cuanto al Plan Transporte Estatal Seguro (TRES), los usuarios consideran que es una buena medida si estuviera bien implementada, pues son demasiados los autobuses urbanos que circulan y hace falta más policía, así como implementar otras acciones para que el asalto a transportistas disminuya, pues aunque la autoridad atrape a los presuntos delincuentes, difícilmente procede la denuncia, afirman los ciudadanos que hacen uso de este tipo de transporte.
«Un día venía en un autobús de la Ciudad de México y un hombre se paró y nos amenazó con un tubo, entonces se detuvo el chofer y se bajo el señor y todavía trató de romper el espejo retrovisor, yo me bajé y le hablé a la patrulla, le conté lo sucedido y me dijo que no hay delito que perseguir y dejo ir al fulano, ya no se puede confiar ni en la policía», comentó Eva Mondragón quien frecuenta el transporte público.