Toluca, Edomex. 19 de enero de 2017.- Sin sorpresas, Delfina Gómez se registró como precandidata a la gubernatura mexiquense por parte de Morena del Estado de México. El hartazgo social y el discurso lacerante de López Obrador, pueden ser elementos clave del desempeño electoral de Delfina. Sin mucha experiencia política, la campaña proselitista de Delfina dependerá de Andrés Manuel, su arraigo y su eventual crecimiento en las preferencias del electorado. López Obrador está en campaña, y pretende medir su intención del voto rumbo al 2018.
En su proceso interno, desde ahora la apuesta de Delfina es alcanzar un posicionamiento amplio, particularmente en la zona oriente y sur del estado, donde López Obrador ha asentado sus principales bastiones. Fue la diputada federal más votada de Morena en las elecciones de 2015. La operación política de Higinio Martínez y Horacio Duarte resultó fundamental para arrastrar una copiosa votación en Texcoco. Ahora la circunstancia exige de otros operadores políticos en zonas claves, de alta concentración poblacional en la entidad.
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Óscar González Yáñez es el propietario de la franquicia del Partido del Trabajo en el Estado de México. Lleva meses promocionando su imagen personal bajo el pretexto de bajar los precios de las gasolinas. Al interior de su partido, simulará el ejercicio de un proceso interno para elegir candidato a gobernador, donde por tercera ocasión en 18 años, Óscar González es la única figura visible. A lo largo de tres sexenios, el PT ha sido incapaz de crear nuevos cuadros políticos. Al final, es previsible una alianza del PT con el PRD, y una declinación de González Yáñez a sus presuntas aspiraciones electorales.
El rol opositor del PT es una simulación sujeto a componendas de poder. En junio de 2015, cuando el Partido del Trabajo había perdido su registro tras la elección intermedia, desde el Estado de México se apoyó la elección extraordinaria de un distrito en Aguascalientes para conservar su posición. Óscar González pactó con el gobierno de Eruviel ser parte de sus aliados electorales. Ahora, los priístas han permitido el posicionamiento del líder petista, a efecto de que el voto opositor se disperse, y eso termine beneficiando al candidato oficial.
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En el PRD han arrancado su proceso interno para seleccionar candidato a gobernador. De principio a fin, se advierte la existencia de “dados cargados” a favor de Juan Zepeda. La tribu Alternativa Democrática Nacional (ADN), que comanda Héctor Bautista, ha decidido impulsar a Zepeda como parte de su grupo político. Desde Neza, su bastión electoral por antonomasia, no habrá rival que les ponga en riesgo la estabilidad de su control y dominio político. Zepeda se ha promocionado bajo diversos subterfugios y ha logrado ya un posicionamiento.
Las precandidaturas de Javier Salinas y Eduardo Neri son una mala broma. Salinas, que representa a Nueva Izquierda (NI), pretende llegar a una negociación de reparto de poder, para lo cual se ha registrado en busca de la candidatura. En la legislatura local, fueron constantes sus desencuentros con Zepeda que hoy busca subsanar. En el caso de Eduardo Neri, es un disparate que con seis seccionales electorales, se crea con posibilidades de disputarle la candidatura al exalcalde del segundo municipio más poblado del estado, con casi dos millones de habitantes.
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