Redacción
Toluca, Edomex. 26 de junio del 2016.- El estado de México se ha convertido en una de las principales entidades receptoras desplazados de Guerrero y Michoacán, que en los últimos años han salido huyendo de su tierras de origen por problemas de violencia, revela un estudio de la Organización de Nacionales Unidas (ONU).
También, los conflictos magisteriales que se han registrado en Oaxaca y Chiapas podrían iniciar una nueva migración hacia los estados del centro del país, donde las personas buscan mayores oportunidades de desarrollo y mejores condiciones de seguridad.
En el caso de Oaxaca, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de cada 100 personas que salen de esa entidad, 17 llegan a instalarse al estado de México; mientras que Guerrero aporta 12 personas de cada 100 que migran a otra entidad. De su lado Michoacán, aporta el 15 por ciento de su población migrante al estado de México.
Los estudio de la ONU M señalan que , a partir del 2006, al desatarse la “Guerra contra el narcotráfico” impulsada por el ex presidente Felipe Calderón, estados como Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chapas y entidades del Norte del País han presentado un éxodo de personas derivado de la violencia, siendo el estado de México y la Ciudad de México las entidades receptoras de migrantes.
Don Guillermo es un ejemplo de esta migración forzada. Desde hace dos semanas, el hombre se ha instalado en la ciudad de Toluca junto con su esposa, derivado de la ola de violencia registrada en Guerrero.
Sin trabajo, “Guillermo” ha intentado ofrecer sus servicios como plomero para aportar un poco al gasto familiar mientras logra encontrar trabajo en la ciudad de Toluca.
Narra que la decisión de salir de su estado natal se dio por la ingobernabilidad y la violencia desatada en Guerrero y las protestas luego de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que obligaron a cerrar su pequeño negocio.
“La violencia en un primer momento la veíamos por televisión, luego con la llegada del Ejército las cosas se hicieron más y más violentas, ayudaban en la seguridad, pero la violencia aumentó. Comenzamos a saber de personas desaparecidas, luego de jóvenes asesinados y posteriormente las cosas se calmaron, pero comenzaron los secuestros, las extorsiones, la violencia contra los empresarios, yo tuve que cambiarme de trabajo dos veces porque los patrones cerraban por el miedo.”, comenta.
Después de un periodo de relativa tranquilidad comenzaron conflictos magisteriales y la desaparición de los estudiantes normalistas, lo que trastocó totalmente la vida del estado de Guerrero.
De acuerdo con ONU México se prevé que los movimientos sociales en el sur del país tengan como fin el movimiento de una nueva oleada de migrantes provenientes de estos estados hacia el centro del país.