Redacción
Toluca, Edomex. 14 de octubre de 2015. Miguel Martínez Hernández tiene una larga carrera como director de escuelas de nivel medio superior. Desde hace 20 años es director en planteles de preparatorias, y hace siete lo hace en la Prepa anexa a la Norma número 1 de Toluca, una de las más reconocidas en la entidad.
Ahora Miguel está a punto de perder su empleo. La razón: se atrevió a denunciar que la subdirectora del plantel que encabeza, vendió al menos una plaza de orientación en 40 mil pesos a un profesor en abril pasado.
El maestro que compró la plaza se atrevió a comentarlo con Miguel Martínez Hernández, pues era el director. Ambos fueron a denunciar el hecho a sus superiores pero no tuvieron respuesta.
Un día de junio, se presentaron en la oficina del director de educación media superior de la Secretaría de Educación, Cuitláhuac de Anda Mendoza. Los escuchó y prometió tomar cartas en el asunto.

Así pasaron los días y semanas, sin que hubiera una respuesta de la autoridad a la conducta desplegada por la subdirectora Silvia Ramírez González.
El 27 de julio, el secretario de Educación del gobierno mexiquense visitó la Normal 1 de Toluca para entregar diplomas. Al término del acto, el afectado y Miguel Martínez se acercaron a comentarle de la venta de la plaza hecha por Silvia Ramírez. Molesto, el funcionario prometió que atendería el asunto.
Dos días después Cuitláhuac de Anda Mendoza, llamó al profesor que compró la plaza y a Miguel Martínez, director de la preparatoria, para tratar el tema con otros funcionarios de la secretaria
Al llegar a la reunión, ahí estaba la subdirectora señalada. Sentada sin decir nada, Silvia Ramírez escuchó como el profesor y Miguel la acusaban. No hizo ningún gesto. Siempre guardó silencio. Cuitláhuac de Anda ordenó redactar una minuta y dar vista a la Contraloría para que iniciara un procedimiento administrativo sancionador.
Al día siguiente al profesor que denunció haber sido victima de la venta de la plaza, le concedieron un permiso de un año sin goce de sueldo y ese mismo día, inició una serie de hostigamiento laboral en contra de Miguel.
Por varias vías, sus superiores le pidieron que se jubilara, le ofrecieron tomar vacaciones, hasta que tomara un año sabático con goce de sueldo. Todo lo rechazó.
El martes cuando llegó a su oficina en la preparatoria se dio cuenta de que la chapa la habían cambiado. Cuando tomaría el teléfono para pedir explicación, el jurídico de la Secretaría de Educación se presentó y le informó que lo habían cambiado de plantel.
Le daban la dirección de una escuela preparatoria en una comunidad de Zinacantepec de apenas 100 estudiantes. En la anexa a la Normal que dirige desde hace siete años van más de mil 800 alumnos.
«Aceptarla sería como un castigo. Yo no hice nada. Mi pecado fue denunciar una ilegalidad y buscar que no hubiera impunidad», relató.
Hoy Miguel Martínez lucha por ser restituido. Se enteró de que la subdirectora cuenta ya con poderes plenipotenciarios para hacer y deshacer en la preparatoria. Las autoridades le concedieron el manejo del fondo de ingresos propios del plantel.
En la escuela saben que Silvia es una más de las recomendadas. Dicen que es protegida de un exsecretario de educación que hoy despacha en el Poder Legislativo.