Toluca, Edomex. 25 de agosto de 2014.- Estamos a una semana de que el mexiquense Enrique Peña Nieto rinda su segundo informe de gobierno como presidente de México. Este lunes iniciará la difusión de spots que buscarán legitimar el proceso de reformas que se han concretado en los primeros 20 meses de su mandato, y lo cual se sumará a las entrevistas que ha otorgado en los últimos días, incluida su aparición en el programa de revista “Hoy” y las conversaciones a fondo que sostuvo con periodistas como Lilly Téllez que tantas críticas le han valido en los últimos días al inquilino de Los Pinos.
Lo cierto es que, gusten o no, el priísta ha logrado instalar su agenda política y que los partidos de oposición de manera colaboracionista le apoyaran en avalar reformas tan controvertidas como la laboral, la de telecomunicaciones, la fiscal, y la llamada madre de las reformas, la energética. Lo que está por medirse, es el costo político que podría asumir su gobierno, su partido y el escenario electoral del año entrante durante los comicios intermedios, donde se juega la hegemonía priísta en varios estados y la composición legislativa en San Lázaro.
Mucho también se rumora sobre los posibles cambios en el gabinete que podrían encaminarse en la recta final del año. Hay dos cabezas que ya se ven rodando en el círculo cercano del peñismo, y apuntan a la renuncia de Enrique Martínez y Martínez, señalado como el integrante del gabinete de más bajos reflectores y escasos resultados. Además de Ildefonso Guajardo, considerado el candidato natural a la gubernatura de Nuevo León. De esa forma, el empoderamiento de los mexiquenses se mantendría intacto y con posibilidades de ampliarse.
También en el mes de septiembre, aunque sin fecha definida, Eruviel Ávila deberá rendir su tercer informe de gobierno. El ecatepense habrá llegado a la mitad de su mandato, en medio de los rumores de su defenestración, pero hoy parece ya firme en el cargo, en gran medida porque cualquier posible remplazo sustituto prefiere apostarle a la elección constitucional por seis años, que a sólo administrar la inercia por el resto del sexenio actual.
Ávila sólo valora si repite la fórmula de hace un año, donde realizó un teleinforme que fue seguido en todas las oficinas de gobiernos y escuelas públicas, o vuelve al acto ceremonial que se desarrollaba en el Teatro Morelos. Por lo que hace al contrapeso de la legislatura, simplemente no hay de qué preocuparse, pues ni siquiera hay intenciones de desarrollar una glosa ríspida con los integrantes del gobierno eruvielista. La oposición partidista simplemente ni pesa ni existe.
Independientemente de sus detractores, Eruviel piensa ya en su futuro político después de desocupar la gubernatura. Para ello, muchos columnistas plegados a sus gobierno, como Ricardo Alemán, lo candidatean forzadamente como un aspirante presidencial, aunque en el escenario más realista para Eruviel, se mantiene su apuesta por sumarse al gabinete de Peña en la recta final de su mandato o convertirse en senador de la república en 2018, y para ello deberá acelerar su peso político después de su tercer informe de gobierno.
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