
No resulta raro que haya sido el propio aparato de comunicación del Comité Directivo Estatal del PAN en el Estado de México quien haya difundido la resolución del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de proceder penalmente en contra del exdirigente panista en la entidad, Sergio Octavio Germán Olivares, su tesorero, José Fernández Caballero y Noé Aguilar Tinajero, quien fungía como presidente de la comisión de vigilancia.
No hay que perder de vista que el partido en el estado es presidido actualmente por Oscar Sánchez Juárez, incondicional del diputado y coordinador de los albiazules en el Congreso local, Ulises Ramírez, quien fue el que hace poco más de seis meses promovió un recurso para que se auditara la gestión de Germán Olivares.
Aunque no lo parezca, Ulises Ramírez no buscaba deshacerse de su antiguo aliado Germán Olivares, pero sí pretendía vengarse de Noé Aguilar Tinajero, a quien le achaca haber filtrado información para que varios medios de circulación nacional, lo desacreditaran y le imputaran enriquecimiento inexplicable.
Tras las publicaciones donde se daban cuenta de la gran cantidad de inmuebles que posee Ulises Ramírez en el estado, el país y hasta en el extranjero, el diputado dijo a sus cercanos que esta exhibición no se quedaría así.
Fue entonces, que a sabiendas del mal manejo de recursos que se hizo en el partido en los años pasados, y que toleró Noé Aguilar, en su calidad de presidente de la comisión de vigilancia, decidió presentar elementos al partido que confirmaron el quebranto al comité directivo estatal.
En el PAN aseguran que existen fundamentos para que Germán Olivares, Noé Aguilar y Fernández Caballero terminen en la cárcel por qué nadie sabe el destino que se le dio a poco más de 50 millones de pesos en el partido, pero lo que nadie sabe es qué tipo de respuesta tendrá el grupo de acusados en contra de Ulises Ramírez, y qué nuevos trapitos le sacarán al sol.
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El fin de semana, el Consejo Nacional panista designó a Francisco Gárate Chapa como presidente de la comisión electoral, instancia que será encargada de organizar y desarrollar el proceso interno para elegir al nuevo dirigente nacional del partido.
Para muchos, la llegada de Gárate Chapa a esa posición no hubiera sido posible sin el apoyo y la operación política que hizo al interior del partido, el exsecretario de Gobernación, Santiago Creel, a quien se le ubica como uno de los operadores del líder nacional Gustavo Madero.
Gárate no tendrá una tarea fácil. Primero deberá dar la imagen de ser un árbitro imparcial, pero a su vez, deberá cubrir y defender los intereses de Madero y evitar que el Tucom panista (Todos Unidos Contra Madero) que integran los calderonistas, con Ernesto Cordero a la cabeza; un ala del Yunque, con Juan Manuel Oliva y los josefinos , muy disminuidos, lo desconozcan.
No habrá que perder de vista que también Gárate tiene fuertes lazos con quien ahora despacha en Los Pinos, pues durante más de una década fue el principal interlocutor del PAN con la clase política que ahora gobierna al país.