El informe de Eruviel ocurrió sin sorpresas. Los acarreos no fueron al acto faraónico del gobernador. Ahora los acarreados fueron concentrados en centros escolares, hospitalarios y Palacios Municipales, para obligar a profesores, médicos, enfermeras, burócratas y hasta padres de familia a presenciar el informe por televisión. Acreditado está que fue una orden superior. La estrategia encaminada a abultar las cifras de una audiencia, que vio por obligación un programa de televisión bien armado.

Por la mañana, policías vestidos de civil vigilaban el centro de la ciudad, para evitar protestas que mancharan la entrega del informe encabezada por Efrén Rojas –secretario general de gobierno- y Erasto Martínez –secretario de Finanzas-. Sigilosos, los enviados de Eruviel entregaron el segundo informe de Ávila. En la legislatura local, Oscar González –del PT- e Higinio Martínez –de Movimiento Ciudadano- le hicieron el vacío a Efrén.

En la víspera, vallas rodeaban la Plaza de los Mártires, para evitar plantones en pleno festejo del Gobernador y los suyos. En los alrededores, las huestes de Jesús Tolentino de Antorcha Campesina, encabezaron una pequeña marcha. También le apostaron a la teleaudiencia, para exhibir en pantallas gigantes móviles, los presuntos incumplimientos de Eruviel con su movimiento. Los “antorchos” fueron y son el contrapeso de Ávila.

Abrumado por el escándalo de la señorita Laura, el informe de Eruviel tuvo la producción televisiva semejante a la de un talk show. Plagado de historias reales, testimoniales conmovedores, y un gobernador acostumbrado a interrumpir su discurso frente a lo inusitado. La televerdad convertida en un gobierno de pantalla. Hoy comenzará los informes regionales en Toluca. El jueves y viernes seguirá en El Oro y Naucalpan.

No habían pasado ni diez minutos de concluido su informe cuando comenzaron las entrevistas “a modo”. A través de Universal Stereo, en el 92.1 de FM, Eruviel apareció para simular una entrevista. El conductor, poco hábil para fingir, y sin pericia en la entrevista. Eruviel se lanzó en un monólogo para convencer ahora a la audiencia de la radio comercial. Al final, simplemente para cerrar con broche de oro. Ávila se sintió en el programa de las complacencias y pidió “Feel” de Robbie Williams.

Al final, Eruviel estuvo convencido de que el nuevo formato rompió viejos esquemas. La andanada de críticas también proliferó el tiempo que duró su informe. En el olvido quedó la suntuosa celebración del día del Gobernador y sus invitados. Al congreso bastó con enviarles un mamotreto. La incógnita es: ¿En realidad salió más barato producir el programa de televisión del informe que organizar el acto fastuoso en el Teatro Morelos?