De nueva cuenta, a Alfredo Castillo Cervantes le tocó bailar con la más fea. El mismo fiscal que investigó el caso de la niña Paulette, ahora es responsable de indagar la explosión ocurrida en Pemex. Castillo fue quien sacrificó a su entonces jefe Alberto Bazbaz, y ahora tiene la encomienda de que sus pesquisas le den credibilidad al titular de la PGR, Jesús Murillo Karam. No se trata de encontrar una menor en la piesera de su cama, se requiere de su destreza para explicar el desastre en dichas oficinas.
Es el mismo, que cuando Procurador del Estado de México, debió dar la cara por la fuga del violador y multihomicida conocido como El Coqueto, convertido en un símbolo del escapismo. Pero ahora, Castillo tiene la encomienda de explicar las circunstancias en las que se acumuló gas natural y eso propició una explosión de saldos muy lamentables. El caso que tiene por delante resolver no le es favorable con su trayectoria, sus antecedentes, y las críticas “acumuladas” en su gestión en la PGJEM.
Por ahora, las indagatorias dadas a conocer por Murillo Karam, han comenzado con una característica de Castillo. Se trata de explicaciones difusas, no concluyentes, con apertura a la especulación, en lapsos contradictorias, y para sectores de la población inverosímiles. A eso se suma la falta de sensibilidad de Murillo para atajar los embates de la opinión pública, y pensar que con un ácido sentido del humor puede ganar certeza donde lo que prevalece son las sospechas.
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Este martes, los 125 presidentes municipales del Estado de México publicarán sus respectivos bandos de orden y buen gobierno. Luego de un mes de gestiones, los nuevos ayuntamientos deberán mostrar su disposición a la coordinación metropolitana, y a rescatar la paz pública, en una entidad que ha perdido la calma, y está próxima a perder la capacidad de asombro. El tiradero de cadáveres en que han tratado de matizar el problema de las ejecuciones, requiere al menos de acciones preventivas.
En particular, Toluca, Metepec y Zinacantepec deberán mostrar acciones que permitan atemperar el clima de violencia. No basta con establecer que se trata de hechos aislados, minimizar sobre “eventualidades” y salir al paso del “bache” que para las autoridades les representa el tema. Encontrar como parte del escenario urbano, cuerpos desmembrados, es una señal de alerta para quienes en más de una ocasión soñaron con ser alcaldesas, y ahora en el cargo deben afrontar el reto. Carolina y Martha Hilda lo saben.
Si bien, el crimen organizado ha rebasado a las policías preventivas, será bueno conocer si en los “Bandos Municipales de Buen Gobierno” se plasman ideas de reconstrucción del tejido social, en la que ha insistido tanto el Presidente Enrique Peña. De lo contrario, sólo se tratara de un decálogo de buenas intenciones que llevarán a los mismos resultados, que hoy tienen a la capital mexiquense sumida en la peor crisis de inseguridad.