Redacción
El ex gobernador del Estado de México, César Camacho Quiroz se erigió como el nuevo dirigente nacional del PRI, tras la renuncia de Pedro Joaquín Coldwell ocurrida el pasado 30 de noviembre cuando fue nombrado como secretario de Energía por el Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
La escena recordó los aciagos tiempos de 1993, cuando Ignacio Pichardo Pagaza –ex gobernador del estado se asumió la presidencia nacional del PRI, en la plenitud del sexenio de Carlos Salinas, pero con una loza encima de su cuestionada victoria electoral de 1988.
Pichardo se acompañó entonces de Humberto Lira Mora –y el pupilo de éste, Arturo Montiel Rojas- para reconstruir el entramado electoral del priísmo que se alzó con la victoria de 1994, a través de Ernesto Zedillo, que luchó contra las circunstancias políticas del momento, incluido el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, el candidato original del PRI a la Presidencia.
A la vuelta de casi 20 años, los tiempos son distintos y el PRI está de regreso en Los Pinos. El poder presidencial que ya ejerce Enrique Peña Nieto da visos de reinstaurar esquemas del viejo régimen: candidatos únicos, elección a mano alzada, y una proclama a favor de César Camacho, alguien muy cercano al peñismo, que intercedió para su ascenso al control priísta.
A su lado, Ivonne Ortega Pacheco –aliada del peñismo- sobrina del cacique yucateco Víctor Cervera Pacheco –ya finado- con quien comparte la osadía de haber gobernado Yucatán. Aunque Cervera lo hizo en dos momentos y periodos distintos. Ortega aspiraba insertarse en el gabinete de Enrique Peña pero es momento de esperar, y aceitar la maquinaria priísta.
En puerta, catorce elecciones locales a lo largo de 2013. La contienda más simbólica y representativa ocurrirá en Baja California –primera entidad gobernada por la oposición, y en poder panista desde 1989-.
El candidato priísta a la gubernatura bajacaliforniana es emblemática, y parece ya amarrada. Se trata de Jorge Hank Rhon, hijo del profesor Carlos Hank González –líder del mítico Grupo Atlacomulco durante largo tiempo, el mismo al que pertenecen Peña y Camacho-.
El PRI está de regreso, pero lo ha hecho con el priísmo mexiquense, quizá el más dominante, y por tanto abrumador. César Camacho advierte que el PRI no es partido del gobierno, sino partido en el gobierno. Su tarea apenas comienza.